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jueves, 8 de marzo de 2007

Luces: pequeños apuntes de mis diarios.


1- Los lunes son siempre tranquilos, duermo hasta un poco más tarde, y luego desayuno. Silencio, soledad, recogimiento; el verde del patio, los sonidos callejeros, el ambiente agradable y acogedor de mi habitación. En este silencio mi estar se convierte en oración, sin necesidad de palabras. (12, agosto, 2002).
2- Sigo saliendo por las noches a caminar por la ciudad; la razón fundamental es que amo la noche: su silencio, la soledad de las calles, el misterio que esconden los trasnochadores. Se que necesito ciertos ejercicios para el espíritu que me ayuden a equilibrar mi mundo interior. Celebrar la eucaristía, aun estando cansado, me deja lleno de gozo, me alivia interiormente y me llena de ganas de ser mejor; en la eucaristía soy perdonado y sanado de todas mis miserias. Ahí sí me siento parte de algo. (15, agosto, 2002).
3- Dos ideas alimentan mi interioridad, las que hacen referencia al ocultamiento y a la pobreza. Es fundamental en mi vida espiritual descubrir otra vez la pobreza y redescubrir al pobre. (16, agosto, 2002).
4- Soy mentiroso, Señor, soy un gran pecador; no hay exageración o vana piedad en mis palabras. Ningún hombre o mujer de este mundo podría perdonarme ¿Podrías Tú?
5- Podría escribir: en este instante lo tengo todo. Estoy solo, y los ruidos del entorno no logran romper el silencio de este instante; silencio de piar de los pájaros del patio, de las nubes grises arriba en el cielo. Y luego, por contraste, ruido interior.
6- Me acosté anoche con el libro de Merton, y esta mañana desayuno con el libro de Merton; leer a Merton es mi oración de estos días.
7- Yo he vivido de una forma desenfrenada, sin medida, sin prudencia, sin sentido común. Y a pesar de ello, por la misericordia y la gracia de Dios, no he perdido totalmente el deseo de lo espiritual, porque puedo ver que eso es lo único que me mantiene el deseo de vivir, de no rendirme ante lo evidente. Cuando he tenido que decidir entre vivir o morir, el creer en Dios, el pensar que Dios está conmigo, me ha hecho elegir la vida. (28, agosto, 2002).
8- Mi felicidad siempre estuvo íntimamente ligada a Dios; ser feliz sin Dios es una pretensión absurda, pero una tentación que ronda inevitablemente en mi vida. En este momento de mi vida no hay tierra firme bajo mis pies, y vivo de la pequeñita fe que todavía guarda mi corazón. Una frase de Thomas Merton para la oración del día: “Mi paraíso es el corazón de Cristo”. (D I, 120).
9- La escritura puede ser un camino terapéutico que ayude a clarificar la propia identidad, que ayude a descubrir a Dios en la oscuridad. En definitiva, con palabras de H. Nouwen: “Escribir se convirtió en parte de mi lucha por la supervivencia”, y sigue diciendo: “Me daba la pequeña distancia de mí mismo que necesitaba para evitar ahogarme en mi desesperación”. (La Voz… ; 13)
10- Una de las invitaciones de Henri Nouwen es: Vuelve a casa. ¿Cuál es mi casa, mi hogar? Pienso en la posibilidad de que mi casa sea el Carmelo Teresiano, o la soledad y el retiro a que me invita una voz interior. “Tu casa es donde estás verdaderamente a salvo. Es donde puedes recibir lo que deseas”. (27) El Corazón de Jesús es el paraíso, es el hogar al que debo regresar; y el amor de María es también casa para los discípulos de Jesús.

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Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.