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jueves, 17 de abril de 2008

La resurrección de cada día.


Muchos cristianos han perdido hoy el sentimiento de misterio que encarna el tiempo pascual, pero para quienes lo vivimos como una verdadera primavera espiritual, es el descubrimiento de una nueva vida en nuestro cuerpo y en nuestra alma. Es un camino que nos lleva a una mayor vitalidad, libertad y alegría. Así comienza Anselm Grün su libro "La resurrección de cada día: 50 impulsos hacia la alegría pascual", que he comprado hace un par de días y que enseguida he comenzado a leer, para mejor sintonizar con el espíritu de esta fiesta cristiana. Tomando algunas ideas de lo leído, les doy algunas luces para la oración y meditación personal:


"Caminar el camino de la resurrección significa liberarnos de todo aquello que nos impide avanzar en la vida, seguir adelante para experimentar la amplitud y la libertad de la vida, despertar del sueño de nuestras ilusiones y abrirnos a la verdadera vida".


"El camino de la resurrección es un camino de sanación. Es una praxis de vida".


"No podemos hablar de resurrección sin referirnos al ángel del Señor; donde hay resurrección, también habrá un ángel. Un ángel puede ser una luz que experimentamos en medio de nuestra oscuridad".


"Siempre que vemos un brillo en los ojos de un semejante, acontece para nosotros la resurrección. Siempre que las palabras de un semejante realmente nos movilizan, sucede para nosotros la resurrección. Cuando la palabra de la Biblia entra en mi corazón de tal manera que me moviliza y me transforma, entonces me levanto de mi letargo y experimento en mí mismo la resurrección".


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Válido siempre todo intento de hacer vida aquello que creemos. Resucitar ha de ser algo cotidiano para el cristiano, experimentar la vida nueva que brota de su encuentro con Jesús.
Saludos: Marcelo.

Analía dijo...

Este libro lo compre el año pasado, despues de la Pascua. Es muy bueno para ayudarnos a ahondar en la experiencia de la Pascua...La de aquellos primeros discípulos de Jesús, y la nuestra de cada día.
Por estos días es un libro que tengo bien al alcance de la mano. Que bueno encontrarlo por acá también!
Un abrazo.
Y lindos días por allá.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.