Seguidores

viernes, 4 de julio de 2008

La vida que nos une.


Los siguientes textos están tomados de una de las conferencias de Thomas Merton en Alaska, publicada en el libro que estamos comentando hace varias entradas; esta conferencia lleva el título de “La vida que nos une”. Si los leen detenidamente podrán encontrar algunas luces para vuestra propia andadura espiritual.

“La contemplación es realmente una actitud de sencilla abertura a Dios en todo momento, y de paz profunda”.

“Toda la esencia de la oración contemplativa radica en el esfuerzo por superar la división entre sujeto y objeto”.

“El sentido auténtico de nuestra vida monástica es promover el desarrollo de personas que realmente amen a Dios e irradien amor. Estos hombres y mujeres han de estar plenamente unificados y ser plenamente ellos mismos: auténticas personas”.

“En el centro de nuestra alma la fuerza divina en su profundidad es capaz de actuar sobre el alma cambiándola, aglutinando las fuentes conflictivas, amalgamando los elementos divergentes. Es capaz de unificarla. En lo más profundo de nuestras almas está presente un poder de Dios que, si lo dejamos actuar, conseguirá unificarnos”.

“Nuestra vida exige rupturas; no cada día, ni cada semana, ni cada mes, pero de vez en cuando tenemos que romper con todo y avanzar más allá de donde nos encontramos”.

“El sufismo ve al hombre como un corazón, un espíritu y un secreto, y el secreto es la parte más profunda. El secreto del hombre es el secreto de Dios. Y por lo tanto, está en Dios. Mi secreto es el conocimiento más íntimo que Dios tiene de mí, algo que sólo Él posee. Es el conocimiento secreto que Dios tiene de mí mismo en Él, lo que constituye una hermosa idea. El corazón es la facultad por medio de la cual el hombre conoce a Dios”.

“Debemos desarrollar un corazón que conoce a Dios, no precisamente un corazón que ama a Dios, sino un corazón que conoce a Dios. El hombre conoce a Dios con su corazón, pero ama a Dios con su vida. Es nuestra vida misma la que constituye un acto constante de amor a Dios”.

“Dios pone en mi corazón un “sí” a Él. Y ése es el secreto de Dios. Él conoce mi “sí”, incluso cuando yo no lo he pronunciado. Mi destino en vida, mi integración final, es descubrir este “sí” de modo que mi vida sea total y plenamente un “sí” a Dios, un asentimiento completo a Dios”.

Finalmente Merton cita unas palabras de uno de los rabinos ascetas del siglo XVII:

“Independientemente de lo bajo que hayas caído en tu propia estimación, no olvides que si investigas en lo profundo de ti mismo descubrirás la santidad. En ti se esconde una chispa santa que, por medio del arrepentimiento, puedes avivar hasta convertirse en fuego devorador que consumirá la escoria de la impiedad y la indignidad”.

Resumen: “”Tal vez tengamos algunos momentos sin especial significación, pero no podemos sentirnos totalmente desprovistos de sentido. En lo profundo de ustedes mismos hay algo que les sostiene porque ustedes se lo permiten, y, si ustedes se lo permiten, sin duda lo hará”.

1 comentario:

mj dijo...

Hola de nuevo.
Hoy de tu entrada me quedo reflexionando con el resumen que haces al final...
Un abrazo
Jose

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.