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miércoles, 15 de octubre de 2008

Etty Hillesum...en tiempos difíciles.


"Si sufro por los indefensos, ¿No será por esa parte indefensa que hay en mí misma?

He partido mi cuerpo como el pan y lo he repartido entre los hombres. ¿Por qué no, si estaban tan hambrientos y han tenido que privarse de ello tanto tiempo?

Siempre vuelvo de nuevo a Rilke. Es extraño, era un hombre frágil y escribía muchas de sus obras dentro de los muros de algún castillo, y posiblemente se hubiese derrumbado en las circunstancias en las que tenemos que vivir hoy en día. ¿Pero no es señal de una buena economía, que artistas sensibles en tiempos tranquilos y en circunstancias favorables puedan buscar sin ninguna interferencia la forma más bella y adecuada para sus conocimientos más profundos? A ellos podría dirigirse la gente que vive en tiempos más esforzados y convulsos y encontrar refugio para sus confusiones y preguntas. Ese refugio que muchos no han logrado encontrar porque la energía diaria la reclaman las necesidades cotidianas. En tiempos difíciles se suele tirar por la borda, con un gesto despectivo, los logros espirituales de artistas que vivieron tiempos más fáciles (¿No es ser artista en sí ya muy difícil?). Se rechazan con la siguiente observación: ¿De qué nos sirve todo eso en estos momentos.

Tal vez sea comprensible, pero es mezquino. Y terriblemente empobrecedor.

Una quisiera ser un bálsamo derramado sobre tantas heridas".


Etty Hillesum, Diario.


Este es el final del Diario de Etty Hillesum, así termina, dejándo al lector sumido en una terrible angustia, la de sentirse parte de una humanidad que resulta a menudo, muy a menudo, cruel y absurda. Pero al mismo tiempo esta mujer, llena de fe, de una fe profundamente original, nos ayuda a devolver el corazón a un estado de esperanza. En medio de los tiempos más oscuros, una luz siempre brilla, como aquellas "semillas del Verbo", de que hablaba San Justino, el filósofo martir.

2 comentarios:

mj dijo...

En este momento preciso, espero este maravilloso libro que estoy deseando leer y vivir intensamente...Qué mujer, y qué fuerza...verdad???
ya te comentaré cuando lo lea
Un abrazo y gracias siempre
Mj

Anónimo dijo...

En en los momentos más dificiles cuando el ser humano debe sacar "su humanidad"; digo, que lo más fácil es dejarse vencer, pero hay algo en todos, que solo activan algunos, que revela la verdad de nuestro destino, de nuestra vocación.
Esta mujer es increible, y tiene una mirada profundísima, que alcanza a ver a Dios en medio de un mundo terrible.
Gracias, Manuel, por estos textos

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.