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domingo, 5 de octubre de 2008

Thomas Merton: intuiciones difíciles.


En la línea de ese nuevo lenguaje con que la experiencia espiritual ha de ser comunicada, encontramos un texto de Thomas Merton que aparece en su libro "Incursiones en la indecible".


"A tí no te preocupan tanto los principios éticos y las respuestas tradicionales a las cuestiones tradicionales, porque muchos hombres han decidido no volver a plantearse tales cuestiones. Lo que te interesa más no son las respuestas formales ni las definiciones exactas, sino intuiciones difíciles en un momento de crísis humana. Tales intuiciones no pueden ser consoladoras ni bien definidas: son oscuras e irónicas. No se pueden traducir en un programa que resuelva todos los problemas de la sociedad, pero quizas hagan posible a alguna rara persona, aquí o allá, seguir viva y estar despierta en un momento en que lo deseable es estar despierto: un momento de decisión definitiva, en que note una amenaza en las raíces de su propia existencia. Has considerado la amenaza crítica de la hora, la de la deshumanización, y la has tratado como podías, con poesía e ironía, más que con declamación trágica o con fórmulas confesionales".


Como siempre digo, una vez leido todo el pasaje, fijarse otra vez en los textos que hemos señalado en color o en negrita, para captar la profundidad intuitiva de TM, que aquí vuelve a conseguir expresar lo que cualquiera de nosotros puede vivir. Él quiere ir más allá, cruzar la barrera de lo habitual, porque siente una llamada a vivir de un modo nuevo la experiencia común de muchos seres humanos. Por eso dice que no le interesan las respuestas tradicionales, porque sabe que hay muchos seres humanos que ya no se hacen esas preguntas ni se plantean esas cuestiones. Quiere respuestas nuevas. Respuestas que no son simples, ni fáciles, ni claras: les llama él "intuiciones difíciles", que no traen consuelo además, sino inquietud, y que para poder comunicarlas ha de asumirse un codigo muy propio, que a la vez llegue a otros; esos otros pueden ser muy pocos, pero esos pocos también necesitan de una palabra de luz para despertar. Y este ahora que vivimos, que es el "ahora" de Dios, exige estar despiertos y no dormidos. Exige superar las "ilusiones" y entrar en la Verdad.

1 comentario:

mj dijo...

Estoy muy de acuerdo con Thomas M., me gusta mucho este libro de él, escrito desde una libertad e intuición interior impresionante.
Y me ha gustado la reflexión que has sacado de este texto, el no conformarse con lo establecido. Desde el interior de cada uno debe surgir esa busqueda hacia nuevos horizontes, vivir y sentir desde la experiencia personal. Por eso una vez dije que la espiritualidad es innata en nosotros, pero de nosotros depende desarrollarla y no por lo que nos digan. No hay que conformarse.
Que tengas un buen domingo, así te lo deseo. Un abrazo
MJ

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.