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lunes, 28 de diciembre de 2009

El Hombre Nuevo.

"Las religiones no se limitan a proporcionar respuestas a preguntas. O, al menos,no se limitan a eso, a no ser que degeneren. La salvacion es algo mas que la respuesta a una pregunta".

"El autentico poder del hombre permanece oculto en la agonia que le hace clamar a Dios: y ahi es, al mismo tiempo, desvalido y omnipotente".

"La gracia no es una magica substancia que se filtre sutilmente a nuestras almas para actuar como una especie de penicilina espiritual. La gracia significa que no hay oposicion entre Dios y el hombre".

Thomas Merton
"El hombre nuevo"

(Disculpen las dificultades con los acentos)

miércoles, 23 de diciembre de 2009

FELIZ NAVIDAD!!!!!

En la plenitud del tiempo…vino el Amor.


“Cuando el primer hombre eligió espontáneamente experimentar el mal y comprometió su libertad con una ilusión, sumergió su luz en las tinieblas. Su alma se convirtió en un vacío, un abismo, una nada, y la noche descendió sobre las profundidades de su espíritu. Pero en la tiniebla siguió con hambre de luz, en el caos su espíritu siguió con sed de orden y paz, y en su nulidad no podía menos de aspirar a ser, a la libertad espiritual, a una verdadera identidad. Y así el hombre clamo por la luz de la que habia huido. Y el Espíritu de Dios volaba sobre él. Pero ¿Quién podía entender ese vuelo? ¿Eran las alas de un protector o de un vengador? ¿Dios era amigo o enemigo? Las leyes que dio a los hombres, emanadas del seno de su impenetrable ocultamiento, no ofrecían respuesta satisfactoria.


En la plenitud del tiempo, Dios quiso revelar Su respuesta a esa pregunta. Quiso mostrar Su benevolencia y misericordia a los hombres. Quiso probar que nunca habia dejado de amar a Su Hijo descarriado. Y para hacerlo evidente, vino Él mismo a buscar al hijo que era incapaz de regresar a él. Así, Dios envió Su propia luz, Su palabra, Su único hijo, al mundo creado por él. Así, una vez mas, separo la luz de la tiniebla y recobro lo que era suyo”. (Thomas Merton, Tiempos de Celebración, 210/211)


¡FELIZ NAVIDAD 2009!

domingo, 20 de diciembre de 2009

Espiritualidad cristiana.

"Las directrices para la meditación desde el siglo XVII hasta la primera mitad del siglo XX tendieron a ser excesivamente detalladas. A menudo el contenido bíblico era insuficiente y la meditación estaba poco ligada a la liturgia. Sin embargo, la renovación religiosa desde el Vaticano II ha traído un nuevo aprecio por la meditación y la contemplación…



Ya no podemos seguir viendo la meditación y la contemplación como experiencias esotéricas y elitistas. Nadie ha hecho más que el monje trapense Thomas Merton para liberar la meditación y especialmente la contemplación de ese elitismo. Merton hizo mucho para recuperar la tradición contemplativa sin caer en la trampa de trivializar la contemplación. Merton se preguntaba: ¿Qué significa la vida contemplativa o la vida de oración, soledad, silencio y meditación para el hombre de la era atómica? Este monje trapense, cuyas obras han sido mas leídas que las de cualquier otro monje de la historia, redescubrió a los cristianos su herencia de meditación y contemplación, y mostró con su vida que la meditación y la contemplación llevan inevitablemente a un ministerio de justicia y paz.


Durante el tiempo posterior al Vaticano II, se ha propagado también el interés por técnicas meditativas como la meditación trascendental. Aun cuando tales técnicas pueden tener beneficios terapéuticos y pueden ayudar al cristiano que busca el silencio y la oración, la meditación cristiana es más que una técnica. Es un acto de fe, un ejercicio religioso realizado como parte del seguimiento personal de Cristo. Su fundamento es la palabra de Dios y esta siempre abierto al don de la contemplación”.

Espiritualidad cristiana. Temas de la tradición”.
Lawrence S. Cunningham y Keith J. Egan.
Sal Terrae.
Página 119/120.

viernes, 18 de diciembre de 2009

LOS CAMINOS DE CRISTO


Al hablar del Adviento, Thomas Merton hace un señalamiento importante y curioso que llama nuestra atención. Es el siguiente:

“Puede ocurrir que los mejores cristianos estén entre los que, por alguna razón, se consideran malos cristianos. Eso también puede ser parte del misterio de Adviento, y nos puede recordar los caminos de Cristo”.
¿Qué piensan? Léanlo varias veces y verán cuántas ideas llegan, cuántas preguntas, y también algo de luz. Aquí está eso que la teología ha llamado la “kénosis” o “abajamiento” de que habla la Carta a los Hebreos y San Pablo también. Sigamos escuchando a Merton:
“La plenitud del tiempo es el tiempo de Su vaciamiento en nosotros. La plenitud del tiempo es el tiempo de nuestro vaciamiento, que atrae a Cristo a bajar a nuestras vidas de modo que en nosotros y por medio de nosotros pueda traer la plenitud de Su verdad al mundo”.
Dice Merton:
“Aquí es donde hemos de tener cuidado con nuestros torcidos conceptos de “plenitud” y “planificación”. Es cierto que la gloria y la presencia de Cristo a veces han rebosado visiblemente no sólo en carismas espirituales, sino también en lo que podríamos llamar el carisma de la cultura y las formas espirituales de la civilita. Pero, obviamente, ese “carisma”, en el mejor de los casos, es metafórico o analógico, ya que implica el “bautizar” formas que son muy limitadas en el tiempo y en la geografía. Cuanto más “llenos” estamos de esos cumplimientos, y cuanto más identificamos la fisonomía de una cultura próspera con el rostro del Kyrios glorificado, más tendemos a dejarnos engañar por una proyección y cumplimiento ilusorios, y mayor el peligro de que nuestro Cristianismo se convierta en una vana presunción ante los ojos de Dios. En tal caso, el Advenimiento del Señor no pide ni más ni menos que un retorno al “vaciamiento” de la fe. Incluso puede significar la destrucción de la falsa imagen que habíamos erigido en honor de nuestro propio logro, o que, aunque erigida en honor del Señor, no era digna de Él”.

Sigue entonces su argumentación para acabar de iluminar la frase inicial de esta entrada:
“Si el Señor desea vivir en nosotros Su vaciamiento de Sí mismo, Su Kénosis, no es probable que tolere en nosotros la plenitud y ufanía de la arrogancia colectiva. ¿En quién descansará Su Espíritu sino en los humildes y en los pobres? Eso no significa que el orgullo ocasional, o incluso corriente, pueda arrojar válidas dudas sobre la verdad de la Iglesia; pero significa que la fuerza y santidad de la Iglesia no están, en ese momento, donde se supone y se afirma que están”.
Aquí habría ahora que volver a leer la frase inicial, y por eso vuelvo a escribirla:
“Puede ocurrir que los mejores cristianos estén entre los que, por alguna razón, se consideran malos cristianos. Eso también puede ser parte del misterio de Adviento, y nos puede recordar los caminos de Cristo”.
¡Recordarnos los caminos de Cristo! Qué importante es esto siempre, por nuestra mala memoria.

SILENCIO


“El silencio puede ser un gran problema o una inmensa gracia. Cuando se convierte en una regla excesivamente formalizada, deja de ser una fuente de gracia y se transforma en un problema porque no constituye una experiencia bienhechora. Durante mucho, demasiado tiempo, nuestro silencio ha sido en verdad una forma de ausencia, un estar ausentes los unos respecto de los otros. Debemos permitir que el silencio se impregne de presencia y de luz. Solo entonces será fuente de vida”. (TM, Manantiales, 18/19)

lunes, 14 de diciembre de 2009

ADVIENTO es LO NUEVO.

"La misma Iglesia quizá sea llamada algún día a señalar al Redentor victorioso y Rey de los tiempos en medio del derrumbamiento de todo lo que ha edificado laboriosamente la devoción de siglos y culturas, con sincera intención de que fuera cristiano.

El advenimiento de Cristo en la historia no está esencialmente vinculado al desarrollo y progreso de una civilización cristiana. La “cristiandad” es y ha sido una gran cosa, pero nunca ha sido un bien absoluto y sin matizar, ni un bien en sí mismo. La cristiandad no es el cristianismo. No es “el Reino” y no es el Cristo místico.
La realidad de la cultura cristiana emana ciertamente de la presencia de Cristo en el mundo, pero no es idéntica a esa presencia. Nuestro Adviento no es una celebración de valores tradicionales meramente culturales, por grandes y dignos de perpetuación que sean. El adviento no es un mero retorno, una repetición, una renovación de lo antiguo. No puede ser el regreso a la infancia personal o social. La venida del Señor, que es lo mismo que Su “presencia”, es la venida de lo nuevo, no la renovación de lo viejo, y la Historia Sagrada es como el río de Heráclito en que nadie se baña dos veces”.


Thomas Merton, "Tiempos de celebración".

JUAN DE LA CRUZ.

 Hoy es la fiesta de San Juan de la Cruz, y en un rato estaremos concelebrando la eucaristia todos los que vivimos el carisma teresiano en esta comunidad habanera, junto a los hermanos y hermanas de la parroquia. En medio del Adviento evocamos al frailecillo enamorado que canta y proclama el gozo de sentir ardiendo la llama viva del Espiritu en el corazon. Quiero recomendarles en esta ocasion (Y sin acentos, por problemas en mi ordenador) la vision del santo acerca del apego, ya no a las cosas materiales, sino a la espirituales, y su opinion sobre devociones, imagenes y oratorios. Me gustaria comentar acerca de esto, si encuentro ocasion. Thomas Merton fue un gran lector de San Juan de la Cruz, y le tuvo por maestro durante buena parte de su vida.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Aniversario de la muerte de Thomas Merton.

 El 10 de diciembre es una fecha importante en la vida de Thomas Merton. Ese día llegó a Getsemaní para quedarse definitivamente. Ese día, en 1968, acabó su vida, de forma absurda, en Bangkok. También el 10 de diciembre es el día de la lucha por los derechos humanos. Me gusta relacionar ambas cosas, porque TM fue un gran humanista, que pudo descubrir a través de su experiencia religiosa la belleza del ser humano. Creo que todo camino espiritual ha de ser humanizador, plenificador de lo humano; una religiosidad que reniega de nuestra humanidad no será nunca autenticamente cristiana.

sábado, 5 de diciembre de 2009

LA CELEBRACIÓN DE ESTA ESPERANZA.

"Nuestra tarea es buscar y encontrar a Cristo en nuestro mundo tal y como es y no como podría ser. El hecho de que el mundo sea diferente de lo que podría ser no altera la verdad de que Cristo está presente en él, y que Su plan no ha fracasado ni cambiado: en efecto, todo se hará conforme a Su voluntad. Nuestro adviento es la celebración de esa esperanza. Lo que es incierto no es la "venida" de Cristo sino nuestra acogida a Él, nuestra docilidad y capacidad de salir a Su encuentro".

 Thomas Merton.
"Tiempos de celebración", 95.

JESÚS, NUESTRA MADRE.

ORAR CON JULIANA DE NORWICH:


“A veces la madre permite que su hijo caiga
y aprenda lo arduo del camino para su propio bien.
Pero por el gran amor que le tiene nunca permitirá
Que algún peligro real amenace la vida de su niño.
Y aun cuando sabemos que algunas madres en la tierra
Han dejado morir a sus hijos,
Jesús, nuestra madre del cielo, nunca permitirá
Que nosotros, sus hijos, perezcamos,
Pues sólo Él es todopoderoso, plena sabiduría y todo amor.
Muchas veces,
Cuando tomamos conciencia de nuestras culpas
Y de nuestras miserias,
Tenemos miedo y nos avergonzamos tanto,
Que no sabemos qué hacer.
Pero nuestra madre paciente
No quiere que salgamos corriendo;
Nada le disgusta más que eso.
Quiere que nos comportemos como un niño.
Cuando un niño siente espanto y miedo,
Corre lo más rápido que puede hacia su madre,
Y si no puede hacer nada,
La llama a gritos para que lo ayude.
Con la humildad de un niño también nosotros digamos:
Madre amada, ten piedad de mí.
Me he metido en un horrible lío y
Necesito tu ayuda y tu sabiduría.
Aun cuando no sintamos alivio inmediatamente
Podemos estar seguros de que Él
Se comporta como una madre sabia.
Si Él considera
Que nos va a hacer algún bien lamentarnos y llorar,
Su compasión y su piedad permitirán esto
Hasta el momento oportuno, porque nos ama.
Él quiere que imitemos al niño que naturalmente
Confía en el amor de su madre, sea cual sea la situación.
Nuestra madre nos protege y nos rodea continuamente
Con su mano; así pues nuestro Señor es como una niñera de buen corazón, cuya única labor es velar por la
Seguridad de quien está a su cargo”.

Para orar: Jesús, Madre, tú nunca permitirás que nosotros tus hijos perezcamos. Que yo pueda confiar siempre en esto, y sentir tu presencia amorosa continuamente, y tus cuidados. Que viva en la certeza de contar con tu misericordia siempre, y con tu compasión, y que cuanto sucede me aprovechará y será para mi propio bien.
AMÉN.

(Tomado de ""Todo será para bien", basado en la espiritualidad de Juliana de Norwich. San Pablo).

SER CONSCIENTES

Hay cosas de las que disponemos las veinticuatro horas del día, pero depende de nosotros el poder disfrutarlas. El aire fresco está a nuestra disposición las veinticuatro horas del día. Pero la pregunta es si somos conscientes de su existencia y tenemos tiempo para disfrutar de él. No podemos culparlo de no estar ahí. Debemos mirar atrás para averiguar si aprovechamos la oportunidad y el tiempo para ser conscientes de él y disfrutarlo. Una de las condiciones que nos ayuda a que seamos libres de gozar de lo que está a nuestro alcance, es nuestra capacidad de ser conscientes. Si no lo somos, nada estará presente. No podremos gozar de la belleza del sol, del aire fresco, de las estrellas, la luna, las gentes, los animales ni los árboles.

Hay un escritor francés llamado André Gide que dijo que Dios está a nuestro alcance las veinticuatro horas del día. Dios es felicidad. Dios es paz. ¿Por qué no gozamos de Él? Porque no somos libres. Porque nuestra mente no está ahí. No tenemos la capacidad de sentirlo o de disfrutar de Él o Ella. La práctica de ser conscientes nos ayuda a ser libres para gozar de lo que tenemos”.


Tich Nhat Hanh.
Volviendo a casa”. Oniro, 2001.

lunes, 30 de noviembre de 2009

TM habla del ADVIENTO.

"El misterio de Adviento es un misterio de vaciamiento, de pobreza, de limitación. Debe ser así. De otro modo no podría ser un misterio de esperanza. El misterio de Adviento es un misterio de comienzo: pero también es el misterio de un fin. La plenitud del tiempo es el final de todo lo que todavía estaba incompleto, todo lo que todavía era parcial. Es el cumplimiento en unidad de todo lo que era fragmentario.



El misterio de Adviento en nuestras vidas es el comienzo del fin de todo lo que en nosotros no es todavía Cristo. Es el comienzo del fin de la irrealidad. Y eso, sin duda, es motivo de alegría. Pero por desgracia nos aferramos a nuestra irrealidad, preferimos la parte al todo, continuamos siendo fragmentos, no queremos ser”un solo hombre en Cristo”.


El Cuerpo de Adán (“hombre”), que debería ser el Cuerpo del Amor de Dios, está desgarrado de odio. El Cuerpo de Adán, que debería estar transfigurado de luz, es un cuerpo de oscuridad y mentira. Lo que debería ser Uno en amor está dividido en millones de hostilidades frenéticas y asesinas. Pero sigue en pie el hecho: Cristo, el Rey de la Paz, ha venido al mundo y lo ha salvado. Ha salvado al Hombre, ha establecido Su Reino, y Su Reino es el reino de la Paz.


Adviento, para nosotros, significa aceptación de ese comienzo totalmente nuevo. Significa una disposición para hacer que la eternidad y el tiempo se encuentren no sólo en Cristo sino en nosotros, en el Hombre, en nuestra vida, en nuestro mundo, en nuestro tiempo. Si hemos de entrar en el comienzo de lo nuevo, debemos aceptar la muerte de lo viejo. El comienzo, pues, es el fin. Hemos de aceptar el fin, antes de poder empezar. O más bien, para ser más fieles a la complejidad de la vida, hemos de aceptar el final en el comienzo, ambos juntos".

Thomas Merton, “Tiempos de Celebración”.

domingo, 29 de noviembre de 2009

ADVIENTO: PARA QUE ME ENSANCHES EL CORAZÓN.

Es ADVIENTO, otra vez. Esta tarde celebraré la cuarta Eucaristía de este Primer Domingo de Adviento, y volveré a leer un hermoso poema de Rabindranath Tagore que habla de Aquel que viene, viene, viene siempre. He hablado de la espera y de la ESPERANZA; he insistido en que se trata de una espera activa, nada que ver con pasividad, conformismo o resignación. Se trata de ponerse en camino para salir al encuentro de Cristo que viene. Se trata de un DESPERTAR, para que no nos sorprenda lo que está por venir. Se trata de mantenerse en pie ante el Hijo del Hombre. Estas y muchas otras imágenes, bíblicas, nos ayudarán a preparar un lugar en nuestra vida para CRISTO QUE VIENE. Necesitamos ENSANCHAR EL CORAZÓN, deshacernos de trabas, prejuicios, temores, y SOÑAR CON FUERZA.
He pensado que ISAÍAS desde muy lejos en el tiempo soñó a Jesús.
 Luego, JUAN BAUTISTA le preparó el camino, hablando cuando nadie quería escuchar.
 Finalmente, MARÍA se ofreció a sí misma para la obra final, Y ENTONCES EL VERBO SE HIZO CARNE.
Nosotros podemos TRABAJAR POR LA ESPERANZA del mismo modo:
-Soñando como Isaías.
-Preparando el camino, como el Bautista.
- Poniendo la "carne" como María.
 Entre unos y otros contruimos el Reino.
PERO, dice Juan: "Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron".
 DIOS ESTÁ SIEMPRE AHÍ, pero no le vemos. Estamos ciegos, sordos, mudos.
 Estamos dormidos.
Jesús nos llama a la vida, que brota de nuestra carne bendecida por Él.
NECESITAMOS LA FE, que mueve montañas.
 NECESITAMOS LA ESPERANZA, que abre caminos.
 NECESITAMOS EL AMOR, que, dice el poeta, "convierte en milagro el barro".
No dejemos pasar esta oportunidad y vivamos el Adviento, alegres y disponibles para Dios.

jueves, 26 de noviembre de 2009

ORAR CON JULIANA DE NORWICH.

"Dios creó nuestra alma para que sea su propia ciudad y el lugar de su descanso.
Esto es lo que más le place de toda la creación.
Y cuando habíamos caído en el dolor y el sufrimiento,
ya no eramos aptos para tan noble oficio.
Pero nuestro buen Padre
no se preparó otro lugar para morar,
 sino que, en cambio, se sentó sobre la tierra,
esperando a la humanidad,
 esa misma sacada del barro, hasta que
en el tiempo fijado por la gracia, su amado Hijo
devolvió a esta ciudad su noble belleza,
 a través de su grandiosa obra".


PARA ORAR:
"Amadísimo amigo, ayúdame a sentir ese anhelo que tienes por mí.
 Que la imagen de ese exilio tuyo del alma humana me inspire un deseo semejante de tu presencia dentro de mí.
 Y te doy gracias por Jesús, tu Hijo, que por su ardua labor, te ha devuelto tu ciudad, mi alma, haciéndola noble y bella".

Tomado de: "Todo será para el bien". Basado en la espiritualidad de Juliana de Norwich. San Pablo.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

San Bernardo en Thomas Merton, 2.

4- Encuentro destacables algunos aspectos que parecen vincular la trayectoria de Bernardo con la del propio TM; por ejemplo, escribe: “Una de las cosas de que huyó Bernardo al sumergirse en la soledad del Cister parece que fue la ambición literaria” (69). Vincula la obra de Bernardo con el renacimiento humanístico del siglo XII, y descubre que su teología y su mística están vinculadas: “San Bernardo no es un teólogo en el sentido moderno y técnico en que esta palabra designa al hombre que emprende el estudio científico de tesis dogmáticas. Su teología va unida a su experiencia personal, y esta sólo es un reflejo, un testimonio, de toda la Iglesia orante” (72). Es decir, refleja la fe de Bernardo, y la fe de su época. Aspectos importantes que descubre TM en Bernardo: centralidad de Cristo, devoción de Bernardo a la humanidad de Cristo. Habla del “punto culminante el humanismo cristiano de Bernardo”, y afirma: “El amor de Dios no es algo que pueda injertarse en la vida humana, en caso de necesidad, para serle útil. El amor de Dios es la única razón de ser del hombre. Mientras el hombre no ame a Dios, no ha empezado a vivir” (77). Vincula Bernardo, según TM, amor y libertad, y prefiere hablar, no tanto de perdernos en Dios, sino de ser hallados en Él, con toda nuestra realidad individual y personal (78). (Personalmente creo que hay en TM una huella humanista que, lejos de apagar su amor por Cristo, lo enriquece y eleva, permitiéndole tener una visión espiritual más larga). También en el pensamiento teológico espiritual de Bernardo hay una síntesis entre el misterio de Cristo y el misterio de los que se identifican con Él, es decir, Cristo y la Iglesia. Bernardo es un hombre de Iglesia. Acento en la ENCARNACIÓN, y en el misterio de la presencia de Cristo en el mundo, y ello a causa de la infinita misericordia de Dios. Cuando el hombre ama a Dios con todo su corazón, el hombre se convierte en divino, es uno con Cristo, imagen de la imagen perfecta del Padre (100-101).


5- Finalmente, otra cita sobre la santidad: “Aspirar a una santidad que da ocasión de admirarse a sí mismo y ser admirado de los demás es el peor de los caminos para hacerse santo: la complacencia en sí mismo, la mirada sobre sí mismo, es lo contrario de la santidad” (128). Y también. “La santidad de los santos no es nunca más que un aspecto de la santidad de Jesucristo. Hacemos nuestras las virtudes de nuestro redentor por la unión de nuestra voluntad con su gracia” (136-137). Otros dos aspectos vinculantes del pensamiento de Bernardo con TM presentes en este comentario serían la relación entre santidad y amor fraterno, y la presencia de María en la santidad del cristiano. “Si la realidad del amor de Dios no nos conmueve, nos será imposible respetar las obligaciones de la caridad fraterna o incluso los de la estricta justicia que debemos a los hombres con quienes convivimos” (132). En el caso de María, TM afirma que la santidad de María es digna de ser comparada con la divina santidad de su Hijo (140); no comparto esta frase tan radical; incluso parece estar de acuerdo en la posibilidad de que se declare como dogma la mediación universal de María.

6- Para el final, apunta: “Estamos llamados a ser santos no por nuestras fuerzas, puesto que carecemos completamente de ellas, sino por la fuerza que comunica la cruz de Cristo”(143); “No estamos llamados únicamente a temer a Dios o a honrarle: estamos llamados a amarle con todas nuestras fuerzas; amarle hasta olvidarnos radicalmente de nosotros mismos; hasta identificarnos con Él”(144).



Las citas están tomadas de la versión del libro publicada por PATMOS, 1956

sábado, 21 de noviembre de 2009

San Bernardo en Thomas Merton.

IDEAS SOBRE LA SANTIDAD EN “San Bernardo, el último de los Padres”, de THOMAS MERTON.



1- “El enigma de la santidad es la tentación y ordinariamente la ruina de los historiadores. La santidad nace de un conflicto, de contradicciones que se concilian en la unidad” (28). “Hay otros elementos antagónicos que se deben conciliar y armonizar en todos los santos: lo humano y lo divino” (32). “Insistiendo en aspectos visibles y accidentales, nos quedamos en la superficie de las cosas, pues aquellos emanan de una vida de santidad profunda e invisible. Lo esencial, no lo olvidemos, es lo que no vemos. Todo aquello que se relaciona con el misterio central, todo cuanto se capta fácilmente en la vida de un santo, no tiene gran alcance; a lo sumo es señal de una santidad interior. Los pensamientos y las virtudes de un santo no son cosas maravillosas en sí mismas; sólo son a manera de relámpagos, muy significativos, que emergen de la noche del misterio de Dios y del corazón mismo de ese misterio. Un santo no representa ni su época, ni su país, ni siquiera a sí mismo: es un signo de Dios, signo para su generación, signo para todas las futuras generaciones” (33). “Los santos no sólo poseen la vida, sino que la comunican; sólo aquellos que la recibieron de ellos son los que mejor pueden hablar de su santidad” (33). “Cristo se comunica a los hombres por el ministerio de los santos, y no sólo durante su vida, sino también después de su muerte” (34).


2- “De su madre aprendió ante todo Bernardo a amar a Dios. Ella fue la que echó los cimientos de su santidad, transfundiéndole algo de su sencillez personal, de su abnegación y caridad, enseñándole a rezar y a amar al Salvador crucificado” (36). “El signo característico de una verdadera renovación espiritual es esa especie de contagio que difunde en derredor suyo y que llega a todos los campos de la actividad y de la vida; orienta los progresos del arte, inspira una nueva poesía y música, despierta en los que se aman un lenguaje nuevo para cantar su amor y les concede el que se puedan mirar uno a otro con un respeto completamente nuevo, desconocido hasta entonces” (39).


3- Hay en este libro muchos elementos de una concepción de la santidad preconciliar, que aunque permite vislumbrar las líneas de pensamiento que aparecen el TM en años posteriores, todavía refleja ciertas idealizaciones o comprensiones marcadas sobre todo por la piedad o el dualismo espiritual. Por ejemplo, página 43, dice “Tuvo que aprender que el hombre no es un ángel, que los monjes tienen cuerpo”; me pregunto: ¿Eso hay que aprenderlo, o es natural que lo sepamos? Y luego: “No sólo procuró mortificar sus deseos, sino hasta crucificar sus sentidos”, y también: “el santo, siempre harto puro y espiritual para sentir cualquier tentación carnal, supo no extrañarse de que todos los hombres no se pareciesen a él” (43). Merton, en Louisville, descubrió lo contrario: cuanto se parecía él a todos los hombres. Por otra parte TM reconoce aquí que algunas acciones de Bernardo pueden ser escandalosas hoy, como su apoyo a las cruzadas, pero dice que el poder espiritual que se descubría en él, y que le hizo participar de la política de su tiempo, también forma parte de su santidad. Reconoce que “la santidad es siempre algo trascendente, y, con todo, hay en San Bernardo algo que no hubiese sido lo que fue fuera de los viñedos de borgoña” (62); influencia de su entorno, la gracia edifica sobre la naturaleza. Bernardo es una paradoja, pues rompe con el ideal de vida cisterciense (su vida política), y en esto puede verse en paralelo con la propia experiencia de Merton: “Bernardo sintió siempre preferencia por la vida oculta del claustro, y es falso que sus extraordinarios trabajos hayan amortiguado, por poco que fuese, su espíritu monástico” (63). “Su vida fue un aviso, un sacramento para su época como para la nuestra. Su santidad nos recuerda con elocuencia el hecho de que Dios no cesa de intervenir de manera casi visible en los asuntos humanos” (65). En la página 66 resume la santidad de Bernardo, que es “la santidad del profeta y del mártir”.
(Continuará...)

martes, 17 de noviembre de 2009

MADUREZ.

"En un koan zen alguien dijo que un hombre iluminado no es alguien que busca o encuentra a Buda, sino, simplemente, un hombre normal y corriente que ha hecho cuanto tenía que hacer. Pero detenerse no significa haber llegado. Detenerse es quedarse a un millón de millas de la meta, y no hacer nada dejar dicha meta a una distancia tan enorme como el universo entero.
 En cuanto al llegar, cuando llegas, has fracasado. Sin embargo, ¡cuán cerca está la solución! ¡Qué sencillo sería no tener nada más que hacer... con tal de que uno no tuviera realmente más que hacer!
 El hombre inmaduro no puede conseguirlo, haga lo que haga.
 Pero el fruto maduro del árbol cae sin siquiera pensar en ello.
 ¿Por qué?
El hombre que ha llegado a la madurez descubre que nunca hubo nada que hacer desde el comienzo mismo".

Thomas Merton.
 "Conjeturas de un espectador culpable".

lunes, 16 de noviembre de 2009

SAN CRISTOBAL.

 Hoy, 16 de noviembre, la Habana celebra a su patrono, San Cristobal. También un día como hoy, hace ya unos cuantos años, Thomas Merton recibió el agua bautismal. Esta mañana comenté en la Eucaristía acerca del relato hagiográfico que muestra a Cristobal transportanto a Cristo sobre sus hombros, y lo utilicé como parábola o metáfora de nuestro propio itinerario espiritual. La fe es una carga y un yugo; así la describe Jesús en los Evangelios, pero una carga suave y un yugo ligero cuando se vive la "búsqueda" de Dios auténticamente. El martirio no consiste sólo en derramar la sangre, sino también en "soportar la carga de la fe" con disponibilidad y sin perder la alegría del corazón.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Ernesto Cardenal habla de TM.

En la segunda parte de sus memorias el poeta y sacerdote nicaragüense Ernesto Cardenal comparte también algunos de sus recuerdos de Thomas Merton. Por ejemplo, comienza diciendo: “Thomas Merton me había dicho que si a el no le permitían salir del monasterio y fundar la comunidad que habíamos planeado, yo debía estudiar para el sacerdocio en un seminario, y realizar esa fundación”. Hablando de esa comunidad y de toda la correspondencia e intercambio que genero, escribe: “Merton participo de esa escribidera. Se celebro en grande el Encuentro de poetas de México, al que Merton envió una declaración”.



Habla de uno de los miembros de la comunidad de Solentiname, que “se había convertido leyendo a Merton”; y mas adelante apunta: “Cuando estuve de novicio en un Estados Unidos santo, fue Thomas Merton quien me revelo la sabiduría, la espiritualidad y el misticismo de los indios de América, de las dos Américas”.A Merton le interesaba mucho lo que yo escribía sobre los indios. Veía que esto era como una vocación especial mía, que había descubierto, la de los indios. También en una carta me dice que esto es como un acto de reparación, y de profunda adoración al Creador. Agrega: Yo no me he olvidado de los indios y todo lo que significan para nosotros dos. En otra carta habla de que tiene mucha importancia para todos nosotros lo que yo estoy descubriendo, y que la gran unión de las dos Américas no podrá darse si no es enraizada en lo indígena”.


Laughlin me escribió que Merton estaba siempre alegre, y resignado a la prohibición de no salir del monasterio. Después Merton me escribió que estaba cada vez mas convencido de que su destino era la vida solitaria, aunque también me mencionaba al río San Juan y a Ometepe, lo que indicaba que aun le interesaba una fundación por esos lados (tenia que decirlo en clave). Me insiste en que le pida a sor Maria que rece por el. Y sor Maria me contesto que lo haría todos los días con nombre y apellido. Después me dice que cada vez le permiten estar mas tiempo en su ermita, y esa es una bendición de la que esta muy agradecido. En los monasterios todavía hay sencillez y alegría en algunos monjes, dice, pero la estructura es tan falsa y artificial. Después me dijo en otra carta que ya la mayor parte del tiempo lo pasaba en la ermita, y estaba feliz, y sentía que ya ha encontrado lo que siempre había estado buscando”.


“Como en mi libro de salmos lo hice estando en el seminario, en una carta Merton me habia escrito: Tus salmos son estupendos. Esas son las versiones que realmente debieramos estar cantando en el coro. Que pocos son los monjes que piensan el verdadero sentido de los salmos. Si los sacerdotes supieran lo que estan recitando a diario. Estoy seguro que algunos de ellos deben darse cuenta. ¿Tenemos que estar en un campo de concentración para que nos llegue la verdad?”.


Cardenal recibió la ordenación sacerdotal un 15 de agosto; esa madrugada Merton le escribió desde Kentucky: “Hoy, DIA de tu ordenación, estoy pensando en ti especialmente… A menudo pienso en que cosas maravillosas han pasado en los seis anos desde que te fuiste. Tu vida ha sido bendecida, tu vocación viene verdaderamente de Dios de la manera más evidente. El puede dejarte sentir tus propias limitaciones, pero el poder de Su Espíritu también se hará evidente en tu vida. No temas, sino que se como un niño en Sus brazos, y harás mucho por tu país. …Y me decía Merton que esa semana lo quitaban del cargo de Maestro de Novicios”.

Tomado de "LAS INSULAS EXTRANAS", Memorias 2, Ernesto Cardenal.

martes, 10 de noviembre de 2009

LA OBRA DE DIOS.

"La vida no consiste en realizar alguna obra especial, sino en acceder a un grado de conciencia y libertad interior que esté más allá de todas las obras y de todos los logros".

"Nuestra vocación no consiste simplemente en "ser", sino en trabajar junto con Dios en la creación de nuestra vida, nuestra identidad, nuestro destino. Esto significa que no debemos existir pasivamente, sino participar activamente en Su libertad creadora, en nuestra vida y en la vida de los otros, eligiendo la verdad".

"Mi intención consiste en entregarme por entero y sin reservas a cualquier obra que Dios quiera realizar en mí y a través de mí".

Thomas Merton.

lunes, 9 de noviembre de 2009

PROYECTOS Y ORACIONES.

Está comenzando otra semana, amanece nublado, y acabo de celebrar la Eucaristía. Asisten muy pocas personas habitualmente a esta misa de 8, se sienta cada una en un extremo del templo y apenas contestan a las oraciones, aun cuando siempre asisten algunas religiosas. Siempre me he preguntado la razón de que personas que comparten la misma fe sientan la necesidad de aislarse, buscando siempre un lugar en el templo lo más alejado posible del resto.
La semana que pasó celebramos varios santos carmelitas; entre ellos ocupa un lugar especial ISABEL DE LA TRINIDAD: una mujer que irradia mucha luz, en su vida y en sus escritos.
El jueves próxima viaja a España el P.Teodoro Becerril, párroco del Carmen de la Habana desde hace más de 50 años; debe atenderse un grave problema de salud. Mientras permanezca allí, yo me haré cargo de esta parroquia, en el centro de la capital cubana.
Pido las oraciones de todos los amigos y amigas del blog en favor de nuestro querido Teodoro, para que pueda recuperarse y con el auxilio de María, regresar pronto a su querida isla. También por mí, para que pueda acompañar a esta comunidad parroquial en este tiempo, mientras espero la solución de los trámites necesarios para viajar a USA, que es el lugar donde estoy asignado por los superiores (Al menos por ahora).
Estoy extrañando muchas cosas de Madrid, muchos amigos; desde que regresé apenas salgo de casa, procurando sortear este período de readaptación; los recursos espirituales habituales me están ayudando, como siempre, a conservar la confianza y la alegría en el corazón.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

DESDE LA HABANA 3

Cada mañana, antes de rezar Laudes con la comunidad, y en medio de ese tiempo de silencio saludable con que acogemos el día, tomo los textos de TM y trato de apropiarme de sus palabras y poemas para entrar en comunión con el TODO. Es importante descubrir el día que empieza como regalo, como ofrecimiento de Dios para sus hijos, como BENDICIÓN. Necesario, porque también nos acompañan dolores y enfermedades, ausencias y desengaños, partidas y carencias; ellas nos recuerdan que somos frágiles, falibles, efímeros, y que nuestro trascender está siempre en la medida del amor con que entregamos nuestro barro para ser modelado por el Espíritu. Cada jornada trae lo suyo, y en medio de lecturas, música, servicio, alabanzas y recogimiento, vamos desgranando nuestra existencia hasta quedar vacíos y desnudos, hasta caer al surco donde nos cubre la tierra y sale luego el árbol nuevo.
El dolor no es más que el anuncio del nuevo nacimiento.
La vida empieza y termina a cada momento.

sábado, 31 de octubre de 2009

DESDE LA HABANA 2

Hola, un cálido saludo a todos los amigos y amigas del blog; me está resultando imposible poder dejar entradas, porque las dificultades para acceder a internet son insuperables en este momento. La semana pasada estuve en el convento de las Madres Carmelitas Descalzas de esta ciudad de La Habana, presentándoles mi trabajo de tesina sobre TM, que entusiasmó sobre todo a las más jóvenes. Aprovechando este tiempo intermedio estoy disfrutando de la oración con Merton, y EL LIBRO DE LAS HORAS, que compré antes de dejar Madrid, así como también haciendo una lectura minuciosa de EL HOMBRE NUEVO. Esta semana estuve por MATANZAS, ciudad cercana en la que trabajé varios años, disfrutando del mar, y mañana celebraré una fiesta de la litúrgioa cristiana que es de mis preferidas: TODOS LOS SANTOS.
No dejen de tenerme presente en vuestras oraciones, para que esta comunión en TM crezca, a pesar de este silencio temporal.
Un abrazo.

martes, 20 de octubre de 2009

DESDE LA HABANA.

A los amigos y amigas del BLOG, un saludo desde la Habana; aquí estoy desde el pasado viernes en la noche, con calor, tanto climático como afectivo. El acceso a internet se me hace difícil, por lo que vendrá un período de descanso para este espacio mertoniano, aunque prometo dejar alguna nota siempre que sea posible para mantenerles al tanto de las cosas por acá. Ya he comenzado los trámites necesarios para poder llegar lo antes posible a mi nuevo destino en el Vicariato, la comunidad de Carmelitas Descalzos de Miami; en realidad está como a una hora de esta ciudad, una casa nueva que dedicaremos a retiros y acompañamiento espiritual. Cuento con las oraciones de todos vosotros por estas intensiones, y también por la salud de un venerable carmelita habanero: Teodoro BECERRIL. En este período no dejaré a TM, por supuesto: quiero leer y hacer un resumen de EL HOMBRE NUEVO para poder compartir acá cuanto antes.
Les envío un fuerte abrazo a todos y todas; en mi último día en Madrid, en LA CASA DEL LIBRO de Gran Vía, tuve el placer de saludar a uno de los amigos del blog. Ojalá siga creciendo esta fraternidad espiritual.

jueves, 15 de octubre de 2009

TERESA.

 En el relato autobiográfico "La montaña de los siete círculos" Thomas Merton narra su visita a Cuba, en el año 1940; estando en Camaguey, una de nuestras ciudades, se dedicó a leer a Santa Teresa, en español. Tanto ella como San Juan de la Cruz, Teresa de Lisieux, Isabel de la Trinidad, etc, acompañaron a Merton en esos años, y modelaron su vida interior. Hoy, festividad de Teresa, quiero dejar acá esta pequeña nota, en medio de los preparativos de mi viaje a la Habana.   TERESA y MERTON, buena compañía para el camino, gente libre como pocas, de corazón ardiente; con ellos es mucho más fácil subir la cuesta.

domingo, 11 de octubre de 2009

UNA PARADA NECESARIA.

 Durante estos días he tenido que enviar mi ordenador al taller, y por esa razón no he podido actualizar el blog. Además, el próximo día 16, uno después de la fiesta de mi santa fundadora, Teresa de Jesús, vuelo a la Habana, donde pasaré unos días con la familia, los amigos, y mi comunidad religiosa, antes de seguir viaje a mi destino definitivo en una de nuestras casas del Vicariato del Caribe. Seguramente que en este tiempo no tendré todas las facilidades necesarias para actualizar mis blogs con la frecuencia habitual. EN CUANTO VUELVA A ASENTARME Y FIJAR RESIDENCIA, RETOMARÉ EL RITMO QUE HE MANTENIDO SIEMPRE. Mientras tanto, ténganme presente en sus oraciones. Un abrazo para todos.
 Manuel.

martes, 6 de octubre de 2009

RESPONSABILIDAD.



"Creo que es muy importante que intercambiemos ideas de vez en cuando. Estamos en un momento crucial y quizá calamitoso de la historia, un momento en que la razón y la comprensión amenazan ser devoradas, aunque el hombre mismo se las arregle para sobrevivir. Está muy bien que yo medite estas cosas en el cobijo del monasterio, pero hay momentos en que este mismo cobijo es engañoso. Todo es esgañoso hoy. Las semillas de error sembradas inocentemente en un invernadero bien cuidado pueden llegar a ser gigantescos árboles temibles. Todo lo sano, todo lo cierto, todo lo santo: si podemos encontrar semejantes cosas, han de ser acentuadas y expresadas. Pues es necesario que haya una auténtica y profunda comunicación entre los corazones y los ánimos de los hombres; comunicación, y no el ruido de los slogan y la repetición de los clichés. La comunicación auténtica se hace cada vez más difícil, y cuando el lenguaje está en riesgo de perecer o de degenerar en una ampliación del ruido de los animales, quizá se haga obligatorio para un monje intentar hablar. Por eso, me parece que hay todo motivo para que intentemos clamar unos a otros y consolarnos unos a otros, en cuanto sea posible, con la verdad de Cristo y también con la verdad del humanismo y la razón. Pues no se puede preservar la fe si se hunde la razón, y la Iglesia no puede sobrevivir si se destruye al hombre: es decir, si la humanidad queda por completo degradada y mecanizada, mientras el hombre mismo permanece en la tierra como instrumento de enormes fuerzas no identificadas como las que nos apremian inexorablemente hasta el borde de la guerra nuclear".

Thomas Merton (A Alceu Amoroso Lima)
 "Semillas de destrucción".
 1964.

domingo, 4 de octubre de 2009

TM: prejuicios, intuiciones, certezas.



 Estoy seguro que en mi relación espiritual con  Thomas Merton habrá un antes y un después, en relación con este año que ha transcurrido y en el que me he dedicado a preparar mi tesina de Licenciatura en Teología, y a lo largo del cual he trabajado intensamente, académicamente, la obra de TM. Luego de escuchar a los profesores del tribunal que la evaluó, nuevos temas aparecen como desafíos, interrogantes, y alimentan ya mi reflexión, mi lectura, mi camino interior; persisten muchos prejuicios eclesiales respecto a Merton, y yo era consciente de ello cuando le elegí para mi trabajo de licenciatura, y estoy seguro de que al escuchar mi presentación el tribunal participaba de esa sospecha respecto a la persona de Merton y su obra. Soy una persona muy inconforme a la hora de valorar mi propio trabajo, y de hecho ya veo muchas limitaciones en lo que hice, por lo que espero seguir trabajando el texto y añadir nuevas ideas, que clarifiquen y profundicen el tema de la santidad en la vida y la obra del monje contemplativo trapense.
 Creo que TM tiene mucho que aportar a la reflexión que, en torno a la Iglesia y al Mundo en que está ejerce su misión, tiene lugar en la actualidad. Merton no era un teólogo profesional, de gabinete, sino un hombre espiritual, que buscaba respuestas para sí mismo, y cuyas búsquedas pueden resultarnos hoy iluminadores a la hora de encontrar respuestas para nosotros mismos. Sus opiniones, por humanas, son falibles; pero a la vez son honestas, porque, consciente de sus propios límites, consiguió ver que sólo una confianza plena en el Dios Amor de Jesús puede conducirnos a una vida plena.
 Es en esta intuición suya, y en su notable aprecio por lo humano, donde conecto con TM y su obra; ahí está también centrada mi búsqueda, y por ahí transcurre mi camino. Su aporte a mi vida espiritual ha sido fundamental, y creo que la Iglesia hoy necesita escuchar más sus reflexiones, sus intuiciones, para salir de ciertos atajos que no llevan a ningún sitio. Y para insistir en algunas certezas que parecen hoy otra vez difundirse en la niebla.

sábado, 3 de octubre de 2009

TM: modelos espirituales.

Todos los escritos personales, autobiográficos, de TM, permiten apreciar la enorme influencia que ejercieron sobre él hombres y mujeres, de su tiempo y de siglos anteriores, ya fuera por el testimonio directo de sus vidas como por el testimonio que la Iglesia guarda de los que vivieron su fe con fama de santidad o dejaron una obra escrita de referencia. Por eso para entender la visión de Merton acerca de la santidad también es importante saber quienes dejaron su huella en él, a quienes él vio como modelos de vida cristiana y escogió como compañeros de camino en su andadura espiritual . Al presentar la síntesis biográfica de TM mencionamos varios nombres importantes en su proceso de conversión a la fe católica; aquí quiero detenerme en algunas influencias concretas que me parecen esenciales a la hora de comprender las líneas de santidad que asumió.



1. La poesía: Merton era un poeta, un hombre de amplia formación literaria; para Merton la poesía es una forma de “santidad”, y nombres esenciales en su formación humana y espiritual son los de William Blake, Gerard Manley Hopkins y T. S. Eliot .
WILLIAN BLAKE (1757-1827), poeta, grabador, pintor y místico inglés; en vida su obra fue poco conocida, pero hoy goza de alta estima; forma parte del romanticismo, y sus preconizaba una humanidad universal. GERARD MANLEY HOPKINS (1844-1889), sacerdote jesuita y poeta británico; obra de carácter innovador, poco conocida y valorada en su tiempo, influyó luego en numerosos autores. También incursionó en la música y la pintura. T.S. ELIOT (1888-1965), poeta, dramaturgo y crítico anglo-estadounidense; una de las figuras cumbre de la poesía inglesa del siglo XX, recibió en 1948 el premio Nobel de Literatura.
 Pueden citarse muchos otros poetas a los que Merton leía, o con los que mantuvo correspondencia e intercambio de libros . (Mencionamos algunos como ejemplo, pues la lista es amplísima: DYLAN THOMAS, EMILY DICKINSON, PABLO ANTONIO CUADRA, ERNESTO CARDENAL, CINTIO VITIER. Su relación con los poetas de Latinoamérica fue particularmente intensa y profunda. También BORIS PASTERNAK, cuya obra escrita, para TM, está centrada en la santidad de la vida, DI, 184). La producción poética de Merton puede dividirse, según las tres etapas en que antes vimos dividida su escritura; pasará de presentar en ella un mundo dividido, con imágenes siempre bipolares, luz y sombras, cinismo y desesperación al referirse al mundo y la naturaleza humana, a experimentar con nuevas formas de lenguaje, reflejando además sus nuevas inquietudes respecto a los problemas del mundo, y siempre en pos de una humanidad más integrada .


Merton reconoció de modo particular, en su autobiografía, la influencia que William Blake ejerció sobre él; fue, dijo, una gracia de Dios: “Es un amor que nunca ha muerto, que ha influido notablemente en mi vida” . El estilo de este poeta, revolucionario, desafía las ideas del joven Merton, y le abre a otro rostro de la santidad:


“¡Qué inhábil era yo para comprender los ideales de William Blake! ¿Había alguna posibilidad de darme cuenta de que su rebelión, con sus extrañas heterodoxias, era fundamentalmente la rebelión de los santos? Era la rebelión del amante de Dios viviente, la rebelión de un hombre cuyo deseo de Dios era tan intenso e irresistible que condenaba, con toda su fuerza, toda la hipocresía y mezquina sensualidad del escepticismo y el materialismo que inteligencias frías y triviales colocan como barrera infranqueable entre Dios y las almas de los hombres” .


Blake es una especie de “profeta de Dios”, que según Merton, “no podía soportar la piedad y religiosidad falsas, donde el amor de Dios se borraba de las almas de los hombres por el formalismo y las convenciones, sin ninguna caridad, sin la luz y la vida de una fe que lleva al hombre hacia Dios”. Merton ve aquí la mano providente de Dios, que a través de una senda difícil, confusa y oscura, el testimonio de un poeta, quiso mostrarle el camino de la verdadera Iglesia.
(Para acercarse a la poesía de TM: S. PETISCO MARTÍNEZ, La poesía de Thomas Merton: creación, crítica y contemplación (Tesis doctoral), Universidad Complutense de Madrid, 2004. Puede descargarse en: http://www.ucm.es/eprints)

viernes, 2 de octubre de 2009

Muere CINTIO VITIER.

El poeta católico cubano, que mantuviea correspondencia con Thomas Merton, y a quien hemos citado en alguna ocasión en este blog al hablar del vínculo de TM con Cuba, ha fallecido, según recoge desde La Habana un cable de EFE, que reproducimos:


LA HABANA.
El escritor Cintio Vitier, una de las más destacadas figuras de la intelectualidad cubana contemporánea, falleció el jueves en La Habana a los 88 años de edad, informaron medios oficiales.
Poeta, narrador, crítico, investigador literario y profesor universitario, Cintio Vitier, fue uno de los fundadores de la revista 'Orígenes', una de las más importantes publicaciones de su tipo en América Latina, que dirigió el desaparecido escritor José Lezama Lima.
Vitier nació el 25 de septiembre de 1921 en Cayo Hueso, Florida, pero tenía la nacionalidad cubana.
Publicó su primer libro de poesía, 'Poemas', en 1938 con sólo 17 años, prologado por Juan Ramón Jiménez, quien también había escogido los poemas.
En su larga trayectoria intelectual obtuvo numerosas distinciones como el Premio Nacional de Literatura 1988, la Orden José Martí otorgada por el Consejo de Estado de la isla, el galardón Juan Rulfo 2002, el título de Oficial de Artes y Letras de Francia y la medalla de la Academia de Ciencias de Cuba.
También recibió los doctorados honoris causa de las universidades de La Habana, Las Villas y de Soka, en Japón.
Su última aparición pública ocurrió la semana pasada, junto a su esposa, Fina García Marruz, cuando recibió un homenaje por su labor de investigación y estudio de la obra de José Martí, en el Centro de Estudios Martianos, institución cultural que dirigió por largos años.
Entre sus obras figuran los libros de poemas: 'Testimonios' (1968), que recopila su obra de 1953 a 1968; La fecha al pie (1981), con su producción de 1969 a 1975; 'Antología poética' (1981); 'Hojas perdidizas' (1988) y 'Poemas de mayo a junio' (1990).
De su amplia labor como investigador y crítico literario, destacan 'Cincuenta años de poesía cubana' (1952), 'Lo cubano en la poesía' (1958), 'Poética' (1961), 'Temas martianos' (1969), escrito en colaboración con su esposa, la poetisa Fina García Marruz, y Crítica sucesiva (1971).
Para celebrar su último cumpleaños también fue inaugurada el pasado lunes una exposición bibliográfica y de fotos de Vitier donadas por su familia a la Biblioteca Nacional, en La Habana.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Vida y Santidad en TM (Resumen), 2


6. Las conclusiones fundamentales a las que he llegado luego de todo este año de trabajo pueden resumirse del siguiente modo:


A. Muchos, en el transcurso de los siglos, se han visto impactados por la belleza y atracción del ideal cristiano de santidad, que supone identificación con Cristo, participación y seguimiento, y que es don y tarea al mismo tiempo. Ese ideal, no la santidad propiamente, ha estado en ocasiones lastrado, por interpretaciones parciales, entre las que resaltan en este trabajo fundamentalmente dos: el que se vea y presente como camino para unos pocos y no para todos, y el no presentar con suficiente claridad que santidad y humanización van siempre de la mano. Cada época necesita recuperar para sí el ideal de santidad, como motivación y motor para la vida de los bautizados, presentándolo de manera dinámica, con expresiones nuevas, de modo que constituya un desafío para vivir gozosamente la fe. Siempre urge trabajar por una comprensión de la santidad más integral, menos elitista, y más abierta a buscar lo común, más sensible a las búsquedas de cada época, y al mismo tiempo capaz, como ideal, de crear nuevas mentalidades. (reconociendo la belleza de la creación, la autonomía de las estructuras humanas, y haciendo presente al mundo la infinita bondad del Dios Padre que anunció Jesús). Son importantes los “modelos de santidad” que presenta la Iglesia o que espontáneamente surgen dentro del pueblo cristiano.

B. Para Thomas Merton, figura contemporánea, el ideal de santidad cristiano fue un elemento clave, y motor impulsor de su vida espiritual. Está presente en su autobiografía, a lo largo de todos sus diarios, y en sus ensayos sobre la vida contemplativa y la vida cristiana en general. Él encontró y vivió ese ideal, y desde su condición de monje contemplativo hizo un itinerario de crecimiento para encontrar nuevas formas de vivir la llamada a la santidad en la Iglesia.

C. Este trabajo me ha permitido descubrir las intuiciones que TM tuvo en este sentido, y creo que su experiencia puede resultar positiva y enriquecedora para los cristianos de nuestro tiempo, pues vida y obra escrita son un ejemplo de cómo el encuentro con Cristo, con la fe católica, pueden hacer que una persona reoriente radicalmente su vida y convierta el ideal de santidad en motivo para redescubrir la propia identidad y ayudar a otros a descubrir también la llamada original.

D. La búsqueda y el desarrollo del ideal de santidad en TM está vinculada indisolublemente a su conversión, a su bautismo y a su elección vocacional; le permite hacer una lectura de su vida en clave de fe, como camino de salvación; descubre que en él la santidad está íntimamente vinculada a su vocación de escritor, a la contemplación, a la soledad, pero también a su preocupación por el mundo, por la justicia y la belleza de lo humano; está vinculada tanto a la tradición como a lo más actual, a la oración y a la poesía. (No es Merton una figura excepcional, que ponga en cuestión todo el ideal de santidad que le precede; él asume la Tradición de la Iglesia, la vive y la enriquece desde su itinerario personal de salvación, como han hecho otros muchos hombres y mujeres, impulsados por el encuentro con Cristo, y refleja las preguntas, dudas y búsquedas del tiempo en que vivió).

E. Es una “santidad” integradora y plenamente “católica”, que busca acercar lo diverso, siempre abierto a nuevas experiencias y los signos del tiempo. Merton pasará de una comprensión estrecha, tradicional y devocional del camino cristiano, a otra visión que contempla el seguimiento de Cristo de manera más honda, más sencilla y más compasiva con el mundo y su gente.

F. Su vida vale como modelo cercano y creíble del cristiano que busca la voluntad de Dios en medio de un mundo complejo y de las propias complejidades de su psiquis y su personalidad, siempre en relación con otros.

G. La reflexión de TM vincula santidad a gratitud, alabanza y amor, sin olvidar el equilibrio entre el misterio de nuestra individualidad y la obediencia como camino para alcanzar la voluntad de Dios, que se manifiesta siempre en el ámbito de la comunidad cristiana.

H. La reflexión de TM aparece vinculada al espíritu eclesial que precedió y acompañó la celebración del concilio Vaticano II, y tiene en cuenta que la santidad es para todos, que ha de buscarse en la vida ordinaria, y que ha de repercutir en provecho de toda la humanidad.


I. Como ideas particulares e importantes acerca de la santidad, que aparecen en la obra de TM destacan las siguientes: aparece vinculada a la identidad de la persona; reconoce el trabajo activo y socialmente útil como camino de santidad cristiana; no puede ser mera repetición mecánica de un modelo, sino que exige creatividad y osadía de parte nuestra; la ley de la santidad es la ley del amor, porque ese es el principal mandamiento cristiano. Y finalmente, la santidad es compatible con imperfecciones, limitaciones, defectos y excentricidades, que Dios permite para la maduración y crecimiento espiritual.

J. A lo largo de todo el trabajo aparecen tres ideas básicas que definen la visión de TM en relación con la santidad, y que también singularizan, de modo amplio, su vida espiritual:

1. Relación directa entre santidad y progresiva humanización: el ideal cristiano no es sobrehumano, sino humano, y tampoco ser santo es ser menos humano, sino todo lo contrario. Hay un reconocimiento del valor de lo humano, un aprecio por la humanidad que no es contrario a la búsqueda del Reino, ni a una visión crítica y profética de lo que necesita ser cuestionado y cambiado.. El proceso de divinización de la persona es al mismo tiempo camino de humanización, y no hay contradicción entre santidad y humanidad.

2. Eclesialidad de la santidad: La santidad no debe convertirse en un ideal egoísta; mi santidad es parte de la santidad de mis semejantes, y no puedo buscar una “santidad” individual al margen de la Iglesia. No hay santidad cristiana sin vida eclesial. (Destaco su distinción entre “andamiaje” y “verdadero edificio” eclesial, así como su comprensión de lo que se ha llamado “el Cristo Total”).

3. Vínculo necesario entre santidad y compromiso con la transformación de la realidad, del mundo: Es un tercer aspecto a destacar en la obra de Merton, y en su propia vida; la búsqueda de la santidad incluye una progresiva preocupación por los sufrimientos e injusticias, por los grandes problemas de la humanidad. No se puede ser santo de espaldas al dolor del mundo, ni tampoco sin participar de sus esperanzas y sus alegrías. El cristiano, aun el consagrado, sigue siendo parte de ese mundo que debe ser transformado.

K. La santidad aparece en TM como don y como tarea, pero hay una insistencia particular en el tema de la santidad como don: buscando a veces una "santidad" abstracta, irreal e inalcanzable, podemos olvidar que somos santos, por puro don de Dios. Hemos insistido tanto en lo que debemos hacer para ser santos, que por momentos olvidamos la parte más importante de este camino: que la santidad es un don que ya hemos recibido.


L. RESUMIENDO: Santidad, aparece en la vida y los escritos de TM vinculada a: participación y comunión con Cristo, crecimiento, progresiva humanización, sentido de Iglesia, creatividad y osadía, y confianza.

M. PARA TERMINAR: El testimonio personal y los escritos de TM, reconocido por muchos como un maestro de la vida contemplativa, que nos dejó ver los entresijos de su interioridad, sus luchas y búsquedas personales en pos del ideal de santidad, son parte indiscutible del tesoro espiritual de la Iglesia Católica, y una puerta para llevar el mensaje evangélico a otros ámbitos, religiosos y culturales. Parece importante tener en cuenta el testimonio de aquellos que, desde una realidad concreta, y más aun, contemporánea a la nuestra, han intentado vivir el ideal de santidad cristiano, cuando el mundo y los receptores de nuestro mensaje cambian de día en día, y exigen de nuestra parte dinamismo, sensibilidad por lo humano, y creatividad.TM es hoy un reconocido maestro espiritual, tanto en el mundo católico como fuera de él, a pesar de las críticas que también han recibido sus libros y sus opciones a favor del compromiso social o el acercamiento al mundo oriental; TM no es un “liberal”, sino que desde un profundo conocimiento de la tradición contemplativa católica y del pensamiento humanista de su tiempo supo enlazar, acercar, aspectos que suelen aparecer como contrapuestos. De ahí el valor de su testimonio, la riqueza de su obra, y la importante de darle a conocer. De modo particular me interesa que sea conocido en la Iglesia Cubana, por el vínculo particular que tuvo TM con la Isla, y por ello confío seguir trabajando en este sentido, aprovechándome de la obra de este monje contemplativo católico a nivel personal e invitando a otros a que le conozcan y se aprovechen de su testimonio.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Vida y santidad en TM (Resumen), 1


1. El título que elegí para mi trabajo: “Vida y santidad en Thomas Merton”, expresa los 2 elementos fundamentales de mi investigación: la santidad cristiana y Thomas Merton; un tercer tema está de fondo: vínculo entre experiencia concreta, particular, y teología, reflexión, doctrina. La “santidad”, se entiende aquí como la realidad que expresa a lo largo de la historia de la Iglesia el seguimiento de Cristo, y que se hace concreto en hombres y mujeres particulares, sirviendo como referencia al Pueblo de Dios, y como levadura en la sociedad humana; Thomas Merton (1915-1968), monje trapense, escritor católico, contemplativo, considerado un maestro espiritual para muchos hombres y mujeres de nuestro tiempo, tanto dentro como fuera de la Iglesia. En este trabajo he querido acercarme a lo general desde lo particular, y al mismo tiempo descubrir de qué manera lo general incide en la experiencia de un cristiano concreto, de un hombre de nuestro tiempo. He procurado encontrar las claves de su búsqueda de santidad en la Iglesia, y lo que estas claves pueden aportar al anuncio y propuesta del ideal cristiano en una situación y un contexto particular.


2. El por qué de mi elección: Mi interés por el tema de la santidad tiene sus raíces en mi condición de católico converso, nacido y crecido en Cuba, sin referencias cristianas; recibí el bautismo a los 25 años, y el desafío de “ser santo” ha sido siempre un elemento esencial de mi camino de fe, y de mis reflexión personal. Llevo también, a la par, los presupuestos de una educación marxista y las críticas que desde esa ideología se hacen al cristianismo. En mi trabajo pastoral, he sido párroco durante casi 14 años, he tratado de buscar nuevas respuestas, con un lenguaje nuevo a esas críticas. Por otro lado, desde hace más de 10 años, he leído y estudiado sistemáticamente la obra de Thomas Merton, y me he interesado por su vida, que considero paradigmática dentro de la espiritualidad contemporánea. Así, lo que tuvo en principio motivaciones espirituales personales y pastorales, acabó convirtiéndose en el tema de esta tesina: ¿De qué manera presentar el ideal de santidad cristiano al mundo de hoy? ¿Cómo entiende TM la santidad cristiana, qué elementos son esenciales para él en el camino de la santidad? ¿Cómo puede ayudarme a presentar hoy la santidad cristiana como un ideal convincente que mueve a los cristianos a un compromiso mayor con la Iglesia y con el Mundo? Me interesa, insisto, la combinación vida-santidad, experiencia-reflexión teológica; busco entender cómo en la singularidad de cada vida humana Dios manifiesta su gracia, y llama a encontrar la plenitud.

3. Metodología: Dicho lo anterior, se comprende que la preparación para este trabajo ha sido remota y actual; los dos temas de esta tesina han sido lectura obligada y sistemática durante años. Para prepararla concretamente ahora he buscado nuevos materiales, leyendo y releyendo los que ya conocía, de modo que pudiera hilvanar un discurso lo más coherentemente posible, dado que en español no hay un estudio de la santidad en TM. No hay intensiones hagiográficas en este trabajo, ni intento decir que TM sea canonizable; aquí hablo de la experiencia de santidad que ha de tener todo bautizado, el deseo de ser santo que ha de acompañar todo itinerario espiritual cristiano. He tenido que dejar inevitablemente cosas fuera del texto, que confío aprovechar o desarrollar más adelante, y me he centrado en lo fundamental.


4. El tema en cuestión ha quedado desglosado en cuatro capítulos:


a. En el primero presento una visión general de la santidad cristiana en la Iglesia, haciendo hincapié sobre todo en el dinamismo y progresión de ese ideal, y en los lastres que a lo largo de esa historia se le fueron sumando; quise ofrecer el marco en que TM vivió su conversión y búsqueda de santidad, y para ello me centré en los siguientes temas: Etimología del término y conceptos afines (Destaca el concepto de “perfección”), acercamiento bíblico y teológico, hagiografías y función social de la santidad, aportación del Vaticano II, claves, líneas actuales y principales desafíos. La santidad ha estado presente, con diversos matices, a lo largo de toda la historia de la Iglesia, ha sido un motor impulsor de la vida de los creyentes y ha dejado muchos frutos, ayudando a la transformación del mundo. Insisto en la belleza y necesidad de este ideal, y en su importancia dentro de la pastoral de la espiritualidad; parece hoy necesario renovar el lenguaje con que lo presentamos, y escuchar las necesidades espirituales de nuestro tiempo a la hora de ofrecer nuevos modelos de vida cristiana. Concluyo resaltando la importancia de los “modelos” y mi elección de TM en esta línea. (Al final de este capítulo he puesto unas coordenadas generales, página 34-35, y que resumen lo que aparece en esta parte del trabajo).

b. Los capítulos segundo y tercero desarrollan básicamente la parte biográfica de mi tesina. En el capítulo segundo hay dos momentos: primero, presentación general de la vida de TM, y principales fuentes para acceder a su itinerario biográfico (Sus propios escritos, y los de otros sobre él, tanto en inglés como en español); segundo, presento un itinerario biográfico más detallado, que se sostiene sobre el cómo ha estado presente el ideal de santidad a lo largo de toda su vida. Lo divido en Tres etapas: una (1915-1934), desde su nacimiento hasta su regreso definitivo a EU (nacimiento, niñez y adolescencia; temprana orfandad, viajes continuos por Europa, crisis de valores). Una segunda etapa (1935-1941), centrada en su conversión, que constituye el eje sobre el que gira esta lectura biográfica: bautismo-santidad-vocación. Y una tercera etapa (1941-1968), que comienza con su entrada en Getsemaní, su maduración espiritual, sus libros, su sacerdocio, su compromiso social, su deseo de soledad, su interés por las tradiciones religiosas de Asia, y que culmina con su muerte accidental en Bangkok, Tailandia. (Aquí destaca un episodio particular, de 1958, conocido como “epifanía de Louisville”).

El capítulo tercero va entonces a buscar aquellos elementos concretos que dinamizan la vida espiritual de TM y singularizan su comprensión del ideal de santidad cristiano: su condición de monje y escritor, figuras concretas en las que se inspira (poetas, San Juan de la Cruz, San Bernardo, Beato Conrado, Juliana de Norwich, escritores contemporáneos), valores o virtudes que cultiva (soledad, silencio, sencillez, obediencia, amor a María, etc); dos aspectos fundamentales son su catolicidad y su humanismo (esto último aparece, con toda intensión cerrando prácticamente los capítulos 2, 3 y 4 de la tesina). Estos elementos singularizan la búsqueda de santidad de TM, y quedarán plasmados en sus escritos. La “santidad” de TM ha sido cuestionada en ocasiones, por lo que presento los argumentos que han aparecido en su contra y algunas reflexiones a favor, terminando con una mirada general a su itinerario vital y espiritual que, partiendo de ideas presentadas por varios autores, quiere abrir caminos para otras indagaciones futuras.

c. Finalmente, en el cuarto y último capítulo, intento una visión general de la comprensión que a nivel doctrinal tiene TM del tema que nos ocupa; para ello he tomado como soporte uno de sus libros, titulado precisamente “Vida y santidad”. El capítulo está montado sobre este texto, que he analizado concienzudamente, y se apoya además en otros libros en los que toca también este asunto (“Semillas de contemplación”, “Los hombres no son islas”, “Pensamientos en la soledad”, etc). He presentado mi propio orden de desarrollo: parto de la centralidad de Cristo en la comprensión de la santidad, algunos fundamentos para la fe, los ideales cristianos, su realidad, comprensión, crítica y desarrollo, y cierro con algunas cuestiones prácticas, que vinculan la santidad cristiana con la vida, el trabajo, la caridad, el sufrimiento, y la progresiva humanización de la persona. Insisto en la cercanía de la visión mertoniana con las ideas del Vaticano II, y también en algunas intuiciones que me parecen iluminadoras en nuestro contexto contemporáneo. Es un capítulo doctrinal.


De modo general puede decirse que estos capítulos están montados básicamente cada uno sobre un libro de TM: el segundo, “La montaña de los siete círculos”, el tercero, los “Diarios”, y el cuarto, “Vida y santidad”. Luego, el resto de las obras giran siempre alrededor de las citadas.

5. La obra de TM es particularmente extensa, a pesar de que murió con sólo 54 años. He repasado prácticamente todo lo que está en español, además de otras referencias en otras lenguas, sobre todo el inglés, que he revisado de manera parcial. He leído numerosos artículos y libros sobre la vida y la obra de TM, he estado al tanto de los Congresos que se han realizado en España sobre él, y he estado en contacto con las personas que han intentado potenciar el conocimiento de su obra en este país: Fernando Beltrán, y Francisco R. de Pascual. También pude escuchar a Elvira Rodena, quien presentó en esta misma universidad una tesina sobre Thomas Merton, y leer su valioso trabajo (Del que ha aparecido una reseña en el último número de “Estudios Eclesiásticos”).  La Bibliografía utilizada ha sido amplia en este sentido, también en relación con el tema general, la santidad, aunque la gran cantidad de materiales existentes en ambos casos hace imposible ser exhaustivos, y obligan a dejar fuera aspectos destacables. (Continúa...)

lunes, 21 de septiembre de 2009

A la santidad por la escritura, 2.


Etapas de la obra escrita de TM: Su obra ha sido dividida por los estudiosos en tres etapas fundamentales: la primera recogería su producción más netamente espiritual, dedicada fundamentalmente a la promoción de la espiritualidad y la vida monásticas. Una segunda etapa, en la que Merton asume y ofrece una palabra sobre los conflictos sociales de su tiempo: guerra fría, amenaza nuclear, discriminación racial, etc; y finalmente una tercera etapa, que recoge su interés por las tradiciones religiosas orientales, fundamentalmente budismo y zen, a las que se acerca desde su tradición contemplativa y con un propósito esencialmente “católico”. Estas etapas no están tan delimitadas en realidad, y los temas de una aparecen también en las otras, pero nos permite comprender mejor el itinerario del autor, y la evolución de sus concepciones espirituales. Si la santidad cristiana tiene que ver con el crecimiento progresivo de la persona, en pos de un ideal, que es Cristo, a lo largo de toda su vida, entonces podemos decir que toda la obra de TM apunta en esta dirección; hay, sin embargo, algunas obras en particular en las que aparece la santidad tratada de modo concreto.


a. Primera etapa: Además de su autobiografía, La montaña de los siete círculos, ya comentada en el capítulo anterior, podemos citar dos títulos muy peculiares, que TM escribió por encargo de su abad, en los que narra la vida de dos mujeres santas, MADRE MARY BERCHMANS, monja trapense destinada a una misión en Japón, y SANTA LUTGARDA DE AYWIÉRES, mística cisterciense; ambos libros le merecían al propio Merton una juicio muy negativo, pues resultaron retóricos y excesivamente piadosos . En 1953 publica El signo de Jonás, diario que narra acontecimientos importantes en la vida de TM: sus votos solemnes, su ordenación sacerdotal y la adquisición de la ciudadanía norteamericana; esta última supuso un importante paso en la recuperación de su sentido de pertenencia a un mundo. Hay tres títulos de esta primera etapa en los que Merton reflexiona en torno al tema de la santidad de manera parcial: Semillas de contemplación (1949), Los hombres no son islas (1955) y Pensamientos en la soledad (1958); los tres desarrollan meditaciones en torno a la vida interior, y recogen profundas intuiciones acerca de la vida interior y de la búsqueda de perfección cristianas que, leídas hoy, conservan toda su actualidad. En ellos además aparecen ya temas que serán recurrentes: la búsqueda de nuestro yo auténtico, y la relación entre soledad y sociedad. De modo general, podemos decir que para TM, en esta etapa, la santidad está más vinculada a lo personal: hay que tomar distancia del mundo para acercarse a Dios y al prójimo; en la soledad el individuo se enfrenta consigo mismo y con la verdad de Dios, y recupera su Yo auténtico.

b. Segunda etapa: Sin embargo a partir de cierto momento hay una desplazamiento del interés de TM hacia lo social, sin deslindarse, por supuesto, de la espiritualidad; en esta etapa hay también una concepción renovada de lo que supone “ser santos”, pues Merton advierte que una mera retirada del “mundo”, como huida, con una intensión salvífica estrictamente personal es algo falaz e ilusorio, pues la santidad cristiana tiene que ver con el Cristo total, y este incluye el conjunto de sus semejantes, es decir, la humanidad entera, y la creación. En esta etapa aparece una espiritualidad más horizontal, que implica encontrar a Dios en la sociedad, y trabajar por el Reino, comprometidos con el mejoramiento del mundo . En Cuestiones Discutidas (1960), aparece un ensayo acerca de la soledad en el que Merton habla de la santidad como sacramento de la misericordia de Dios en el mundo, mientras que en La sabiduría del desierto (1960), de ese mismo año, reconsidera el papel que el monje ha de jugar en su mundo, también en lo social. Destaca especialmente de este período su libro El hombre nuevo (1961), que merecería un análisis particular; en él desarrolla el tema de nuestra identidad espiritual, y según F. Beltrán, es como una síntesis teológica de toda la obra de Merton, e incluso un reflejo de su propia vida . Durante esta etapa el lenguaje de Merton adquiere un nuevo estilo, más cercano al hombre de su tiempo, y renunciando a cierta retórica devocional, propia de la etapa anterior. En 1961 presenta una nueva versión de una obra de su primera etapa, ahora publicada como Nuevas semillas de contemplación, ejemplo de cómo va TM redefiniendo su visión espiritual, ahora más abierta, social e inclusiva. En esta línea aparecerá Semillas de Destrucción (1964), dedicado básicamente a temas sociales.


Merece especial atención un libro de 1963, titulado Vida y santidad, que para F. Beltrán supone un regreso a su primera etapa; yo me atrevo a decir que es una relectura de TM de los temas espirituales de su primera etapa, presentados de manera asequible para el cristiano de a pie, y teniendo como fondo las nuevas coordenadas sociales que TM ha asumido en este período. En este texto, de unas 140 páginas, es evidente la influencia del magisterio de Juan XXIII y de las primeras jornadas conciliares, y de él escribió H. Nouwen: “Es una declaración directa, clara, inteligente y muy convincente sobre lo que significa ser cristiano” . Yo creo que es un excelente compendio de lo que para TM significa la santidad cristiana, por ello dedicaré el cuarto capítulo de este trabajo a reseñar sus líneas fundamentales.

c.Tercera etapa: Finalmente, la tercera etapa de su obra escrita es un reflejo de la apertura creciente de TM a las experiencias espirituales de otras tradiciones religiosas, pero también de una profundización de la propia espiritualidad cristiana desde nuevas perspectivas, ahora mucho más amplias . En los escritos de esta etapa, que corresponde también a los últimos años de vida de Merton, se evidencia un espíritu más universal, y una inclinación a la sencillez, la humildad, el silencio, y otros valores comunes a las diversas tradiciones espirituales. También cada una de sus obras es un paso más en su viaje de exploración para encontrar el verdadero y auténtico yo del hombre nuevo, santo y sabio . Las obras de esta etapa tienen también un hondo sentido ecuménico y escatológico, y apuntan hacia la integración de la persona en la sociedad, a partir del descubrimiento de una nueva identidad. (por ejemplo: Místicos y maestros zen, o El zen y los pájaros del deseo)

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.