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domingo, 31 de octubre de 2010

TODOS LOS SANTOS

 "Desde las épocas tempranas de la Iglesia, el calendario litúrgico ha reservado un día para honrar, de forma colectiva, a todos los santos, tanto a los oficialmente reconocidos como a los que sólo Dios conoce. Nos recuerda así que la verdadera sociedad de los santos es mucho más numerosa que la lista de los que han sido formalmente canonizados. Existen muchos santos anónimos que, sin embargo, forman parte de la gran “nube de testigos” y que nos rodean con su fe y valor y participan, así, en la comunión entre los vivos y los muertos.
Esta fiesta colectiva de TODOS LOS SANTOS es también una ocasión para reconocer la diversidad de la santidad. Si bien comparten un cierto are de familia, los santos no se forman en un molde particular. Algunos son reconocidos por su contemplación y otros por su acción; algunos representan un papel público mientras que otros pasan sus vidas en una quieta oscuridad. Algunos demuestran la vitalidad de las antiguas tradiciones mientras que otros son pioneros y proyectan nuevas posibilidades en la vida espiritual. Algunos reciben reconocimiento y honras en vida mientras que otros son despreciados y hasta perseguidos.
La festividad de TODOS LOS SANTOS no honra una sociedad de “inmortales”, muy alejada del reino de la existencia humana común. Los santos no fueron seres sobre humanos, sino quienes realizaron la vocación para la que todos los seres humanos fueron creados y a la que estamos llamados. Nadie está llamado a ser otro San Francisco o Santa Teresa. Pero hay un camino hacia la santidad que reside dentro de nuestras circunstancias individuales, que compromete nuestros propios talentos y temperamentos, que lidia con nuestras fuerzas y debilidades, que responde a las necesidades de nuestros propios prójimos y nuestro momento particular de la historia. La festividad de TODOS LOS SANTOS nos fortalece y anima para hacer camino al andar”.

 

Todos los Santos
Robert Ellsberg.

1 comentario:

San dijo...

Siempre me ha gustado esta fiesta del calendario litúrgico. Para mí significa, y la entiendo, como la celebración de una alegría que es consecuencia de nuestra total confianza en el destino, común y final, de gozo y plenitud que espera a la humanidad de todos. Una alegría anticipada, pero real y cierta, que experimentamos gracias a la esperanza en el Padre que Jesús nos descubrió: desde las semillas de santidad que viven en nuestra humanidad terrena, entramos en comunión con todos los que ya viven plenamente en fruto de santidad, en Él. Una comunión espiritual con todos los que nos han precedido en el camino.
Ya he comentado en otras ocasiones, Manuel, que el libro de Ellsberg, del que has tomado la entrada, me parece magnífico para romper moldes convencionales y estereotipos en el acercamiento al tema de la santidad y los santos.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.