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lunes, 22 de noviembre de 2010

EL AÑO LITÚRGICO

Sugerencias para preparar el nuevo año litúrgico y el Adviento.

El domingo próximo comenzamos el nuevo año cristiano, con el primer domingo de Adviento, y resultará provechoso espiritualmente prepararnos para ello con algunas lecturas. Será un paso más de la “interminable aventura de la vida espiritual”, pues cada año –dice Joan Chittister- es un punto de crecimiento claramente identificable en la vida de una persona. Las celebraciones del año litúrgico tienen el propósito de sintonizar la vida del cristiano con la vida de Jesús, el Cristo, por ello nos sumergen en el sentido y la esencia de la vida cristiana, en un verdadero “ejercicio de maduración espiritual”.
En este blog podrán buscar información sobre el tema en las entradas de los años anteriores, sobre todo textos de TM, y su libro “Tiempos de celebración”, cuya lectura resulta muy apropiada para adentrarse en el sentido de la liturgia cristiana. Es una pena que este título no se haya vuelto a publicar en años recientes; la edición de que dispongo es de 1967. Entre los ensayos que incluye destacaría “Liturgia y personalismo espiritual”, “El tiempo y la liturgia” y “Adviento: ¿Esperanza o engaño?”.
También incluiría la lectura de algunos libros de Anselm Grün, y en primer lugar “Año litúrgico sanador. El año litúrgico como psicodrama” (Verbo Divino, 2002), así como otros escritos suyos que ofrecen pautas para la vivencia cotidiana de la fe. Para este año sumo además un libro de Joan Chittister, del que hice mención en una entrada anterior, “El año litúrgico. La interminable aventura de la vida espiritual”, publicado por Sal Terrae, y que estoy leyendo en este momento. Así, entre lecturas nuevas y relecturas, me preparo para el nuevo tiempo litúrgico, de manera que “pueda desarrollar las dimensiones cósmicas de lo que significa estar vivo en la entraña misma de la vida cotidiana”.
Como sustrato de lo anterior suelo leer cada año la amplia introducción que trae el primer tomo de la Liturgia de las Horas, en las que aparece ampliamente explicado el sentido del ciclo anual de celebraciones en la oración comunitaria de la Iglesia.
Otra sugerencia: suelo revisar cada año a lo largo de esta semana los textos bíblicos que se utilizarán en los cuatro domingos de Adviento, para captar el sentido espiritual del “camino” que voy a emprender. Para cada domingo de este tiempo busco encontrar, para servirme de ello a lo largo de esa semana, un deseo, una suplica, una certeza y un propósito. Podemos hacerlo solos, a nivel personal, o a nivel de grupos en nuestra comunidad religiosa o parroquial.
Es importante que no seamos meramente entes pasivos en este proceso, sino que además de aprovechar los espacios eclesiales, seamos creativos en nuestra vida espiritual

2 comentarios:

San dijo...

Qué bien, Manuel. Estupendo que nos ofrezcas un múltiple y variado material para ir haciendo, cada uno a su manera, el camino litúrgico, que una año más volvemos a tomar, con la voluntad de renovación y de realizar los cambios necesarios en nuestros pasos. Esperar significa siempre haber encontrado ya, y vivir un verdadero encuentro nunca deja indiferente o inmóvil: transforma. Y, como tú bien dices, procuremos ser creativos en nuestra experiencia espiritual.
Ha venido a mis manos este poema, creo que puede aplicarse a este tiempo que iniciamos:

Caminantes en la renovada esperanza

"los que viven a tientas y elevan tempestades
en el libro caduco de páginas tachadas,
los que mueren sumisos en las adversidades
y soportan la letra de las leyes descastadas,
los que temen la duda, los que se hallan perdidos,
los que niegan la fiebre, los que entierran los años
en las lluvias adversas, los que están desvalidos
y buscan el silencio para olvidar sus daños...

los que han vivido solos, los que jamás rezaron,
los que se olvidan, mienten, responden y rechazan,
los fuertes, los humildes, los que no meditaron,
los que aman, los que arriesgan, los que acusan y pasan,
los que quieren hablarte, los que nunca Te oyeron,
los que se esconden, luchan, padecen y atesoran,
los que con ojos limpios miraron y Te vieron,
los que todo lo aceptan, los que nada deploran...

nadie queda fuera, nadie es rechazado por la Buena Nueva".
E.Badosa

Unknown dijo...

Hola por lo visto tienes un buen repertorio. Te seguiré el consejo. Buen blog.
También publique algo de Adviento, pasa a verlo si puedes.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.