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lunes, 1 de noviembre de 2010

MISTICOS Y MAESTROS ZEN

Uno de mis libros preferidos de TM es, sin lugar a dudas, el titulado “Místicos y maestros zen”, publicado por la editorial LUMEN en 2001. Esta obra de TM data de 1967, y apareció originalmente poco después de la muerte de Merton. Este libro reúne un grupo de ensayos cortos sobre misticismo oriental y occidental, expresión del propósito del autor de encontrar los puntos en común entre las grandes tradiciones religiosas en lo que a vida interior y contemplativa se refiere. La variedad de temas, tratados en un lenguaje sencillo, pero sin perder profundidad, hacen de este texto una lectura agradable e instructiva, y nos introducen en algunas parcelas de la espiritualidad cristiana que no forman parte de nuestras lecturas habituales. Me refiero, por ejemplo, a los místicos rusos o ingleses, así como al monaquismo protestante, y también varios aspectos del budismo zen, del Tao; no falta algún ensayo sobre la tradición patrística, así como la espiritualidad y el mundo moderno.
Existen múltiples razones para interesarse en los místicos ingleses. Poseen un encanto y una sencillez que no es igualada por alguna otra escuela. Podría decirse, también, que generalmente son bastante claros, tienen la cabeza en su lugar y son prácticos, hasta cuando se refieren a los asuntos más sublimes. No parecen haber pensado jamás en su vida con Dios como algo recóndito o siquiera inusual. Simplemente, eran cristianos. Les regocijaba que en Él tuvieran acceso directo al Padre de las Luces”. (140)

2 comentarios:

San dijo...

Este libro no lo he leído, Manuel, pero por las referencias que das, merece que lo ponga en lista y turno de lectura.
La faceta de Merton como precursor ecuménico y adelantado en los encuentros interreligiosos, me parece una de las más interesantes de su andadura. Sobre todo su diálogo y aproximación a Oriente.
Veo sumamente enriquecedor, dentro de un contexto intercultural e interreligioso, el diálogo entre budismo y cristianismo.
Más allá del diálogo y más allá de nuestras maneras de hablar de Buda o de Cristo, podemos apreciar que nos engloba la presencia del misterio que nos desborda: el secreto de la espiritualidad más allá de las religiones.
Creo que, en el fondo, tanto budismo como cristianismo, son manifestaciones, o epifanías, de una única fuente de vida que nos vivifica. La meta es un misterio único, pero sus nombres son variados. De una luz única brotan reflejos múltiples.
Por ejemplo, en el caso de las religiones orientales, lo sapiencial (que hallamos en todas sus raíces) converge hacia una meta de iluminación, liberación y pacificación.
Una gran y positiva consecuencia de los encuentros interreligiosos sería la de descubrir la espiritualidad más allá de las formas, expresiones y concreciones históricas de las diversas religiones. Lo sapiencial, que está en la raíz de todas las religiones orientales, converge hacia una meta de iluminación, liberación y pacificación.

Joan Josep dijo...

Tampoco lo he leído. Lo buscaré. Gracias por indicarlo. Un abrazo: Joan Josep

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.