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jueves, 18 de noviembre de 2010

UN DIOS VIVO 2

Las religiones mueren cuando les fallan sus luces” (Pannenberg). Es decir, cuando su doctrina ya ni ilumina la vida tal como sus miembros, de hecho, la viven. En estos casos, el modo de encontrar lo Santo se ve frenado, no siguiendo el ritmo de los cambios en la experiencia humana. El dinamismo de la historia es inexorable. Algunas personas se aferrarán a la antigua visión, pero eventualmente la mayoría avanzará buscando un sentido último coherente con su experiencia actual de la vida. Entonces las luces de la antigua religión se oscurecen; la deidad se vuelve irrelevante. Este fenómeno no consiste en que los seres humanos dicten a Dios lo que quieren de una deidad, como algunos temen, sino que es una prueba del verdadero Dios. Únicamente el Dios vivo que pasa por encima de todos los tiempos puede interrelacionarse con las nuevas circunstancias históricas que el futuro continuamente aporta. Una tradición que no cambia no puede ser preservada. Cuando las personas experimentan que Dios sigue teniendo algo que decir, las luces permanecen encendidas” (42).

Elizabeth A. Johnson
La búsqueda del Dios vivo
Sal Terrae

2 comentarios:

San dijo...

Johnson es, para mí, una de las figuras destacadas e interesantes de la teología feminista actual. Una mujer inteligente, con una amplia y profunda formación, y escritura amena y clara. Creo que es de vital importancia lo que expresa en este fragmento que nos expones, Manuel. Sin duda el hombre de hoy busca la Presencia en los acontecimientos y situaciones del hoy, que no es un nuevo Dios, pero si un Dios vivo, que vive en el aquí y el ahora. El libro del que has sacado las líneas que nos transcribes tiene aspecto de contener reflexiones muy jugosas para la fe que profesamos.

Carmen dijo...

Hola Padre Manuel... Es muy interesante lo que escribe esta señora Elizabeth Johnson en su libro
"La búsqueda del Dios vivo".
Dios vive en la vida de cada persona.Por eso el centro de atención del mundo, de la humanidad debería, ser precisamente la vida.Me encantan los escritos de Juan Pablo II sobre la vida.
Y este Dios vivo al que se refiere Elizabeth y que está por encima de todos los tiempos es un Dios que quiere darnos una vida abundante.
Aquí y ahora vivimos en un tiempo de extrema violencia...Vale la pena la búsqueda de es Dios vivo...
Saludos, con afecto,

Carmen

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.