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viernes, 11 de febrero de 2011

BUSCANDO LA VERDAD DE SÍ MISMO

El autor el texto que compartimos en esta entrada, califica la obra de Merton como “una inmensa carta de amor al mundo”, y apunta:
 
“Para Merton escribir significaba dar realidad a su doble vocación, de monje y de escritor, y establecer una conciliación entre su yo exterior, compulsivo, y en perpetua necesidad de perdón, y su yo interno, esa identidad nueva, redimida, y el instrumento para la “Escritura” de otra “Palabra”, de la cual la suya propia quería ser un pálido pero sincero reflejo en verbo contemporáneo. La tensión urgía cuando las dos identidades funcionaban de forma escindida, o cuando una de ellas asumía un papel predominante sobre la otra. Eso explica también el modo narrativo en forma de diario adoptado en buena parte de su obra, y la oscilación entre sus actitudes alternas, ya como espectador ya como participante de lo descrito. Su conversación con el mundo es el resultado, y el propio proceso dinámico de su experiencia de conversión y simultáneamente una práctica “terapéutica” necesaria y creativa, más allá de los confines de su limitada personalidad.
Se pueden establecer, de un modo aproximativo y con solapamientos entre todas ellas, tres etapas en la producción de Merton: una primera de deliberada fuga mundi, otra de preocupación social, y una tercera de universalismo con un fuerte sabor ecuménico interconfesional”.

“La contemplación en la acción. Thomas Merton”.
F. Beltrán Llavador

1 comentario:

San dijo...

Interesante entrada, Manuel. En España destacan dos figuras en el estudio, interpretación y divulgación de la obra de Merton, una de ellas es este profesor de filología de la universidad de Salamanca, Beltrán Llavador, que dirigió a Petisco en su tesis sobre la poesía de TM, y el otro es el ocso Rafael de Pascual. Ambos han intervenido y colaborado juntos en congresos y encuentros en torno a la figura del monje trapense.
Creo también que has elegido un buen título para resumir el contenido de los fragmentos que transcribes. Además, gracias a este título, ha venido a mi memoria uno de mis poemas preferidos, que también puede yo definiría como una “gran carta de amor al mundo”, y un ejercicio de terapia por la escritura también. Es ese de Cernuda en el que en algunos de su versos nos dice:”Si el hombre pudiera decir…la verdad de sí mismo, que no se llama gloria, fortuna o ambición, sino amor y deseo…”.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.