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martes, 21 de junio de 2011

COMPROMISO

“El compromiso de Merton, todos vienen a coincidir, fue radical, una lealtad desde las estructuras monásticas, no hacia ellas únicamente sino, ante todo, hacia Dios. Con un conocimiento vastísimo de su tradición, y habiendo alzado en ocasiones la voz a favor de la reforma de la vida monástica, nunca se detuvo con especial empeño en cuestiones superficiales de forma y estilo. Sin embargo, insistió en la idea de que algunos monjes de probada capacidad y madurez pudieran establecer un diálogo serio con todas aquellas personas interesadas en las dimensiones internas del crecimiento humano y de la experiencia espiritual: poetas, filósofos, psiquiatras, artistas, que pudieran reconocer en los monjes a otros “profesionales” como ellos mismos que deliberadamente profesan una clase de experiencia y una visión diferente en su praxis cotidiana”. (F. Beltrán)

2 comentarios:

San dijo...

Merton, desde mi punto de vista, se comprometió a hacer de su vida un camino de búsqueda de Dios, sin establecer a priori ningún tipo de muros ni fronteras formales para el encuentro. Fiel al descubrimiento de su auténtica humanidad, buscó experimentar y compartir al Dios que es Vida y vive en cada latido del mundo, al Dios que es Amor y vive en el corazón de cada hombre. Y ese compromiso lo vivió “desde”, y no “para”, unas estructuras monásticas de las que, por no verlas precisamente perfectas, se hizo precursor de reforma. Además, afortunadamente pudo desarrollar su visión sobre la santidad y el acercamiento a Dios, porque gracias a su prestigio intelectual, popularidad y éxito editorial, pudo acceder a una vida monástica con un estatus “especial” en la libertad de destino y movimientos. Al menos, pudo hacerlo así hasta la fecha en que murió. Tengo mis dudas si hubiera podido continuar en esa línea de compatibilidad según cuál hubiese sido la línea evolutiva de su crecimiento humano espiritual. Pero quizá esa duda me haga más atrayente a Thomas Merton. Siempre el misterio es bonito, y más para los que amamos al Misterio del Amor.
Y mil gracias, Manuel, por ser tan maravillosa herramienta difusora suya.

Inés García, aci dijo...

El diálogo con otros "profesionales" por parte de los monjes engrandece la profesión monástica, sin duda, esto es un legado interesante de TM para todos, aún para los que no están tan interesados en la vida de los monjes.

Gracias por esta entrada.
Un saludo fraterno y mi oración por todos,
Inés

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.