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viernes, 2 de diciembre de 2011

ESPERAR...

APRENDER A ESPERAR (Henri Nouwen).

Una espera activa.
Esperar resulta esencial para la vida espiritual. Pero esperar como discípulo de Jesús no es una espera vacía, sino una espera con una promesa en nuestro corazón que hace ya presente lo que esperamos. Durante el Adviento esperamos el nacimiento de Jesús. Después de Pascua esperamos la venida del Espíritu y después de la Ascensión de Jesús esperamos su nueva venida gloriosa. Siempre estamos esperando, pero es una espera vivida en el convencimiento de que ya hemos visto las huellas de Dios. Esperar a Dios es una espera activa, alerta, ¡sí, gozosa! Mientras esperamos recordamos a aquel que creó una comunidad preparada para darle la bienvenida cuando Él venga.

Esperar con paciencia.
¿Cómo esperamos a Dios? Esperamos con paciencia. Pero paciencia no significa pasividad. Esperar pacientemente no es como esperar el autobús, o que deje de llover, o que salga el sol. Se trata e una espera activa en la que vivimos el momento presente al máximo para encontrar en él las señales de Aquel que estamos esperando.
La palabra paciencia viene del verbo latino patior, que significa padecer. Esperar pacientemente significa padecer por el momento presente, saboreándolo plenamente, dejando que crezcan las semillas que están plantadas en el suelo que pisamos hasta convertirse en plantas resistentes Esperar pacientemente siempre significa prestar atención a lo que está ocurriendo ante nuestros propios ojos y ver en ellos los primeros rayos de la gloria venida de Dios.

Esperar expectantes.
Esperar pacientemente a Dios supone una gozosa expectativa. Sin una expectativa, nuestra espera puede quedar atrapada en el presente. Cuando esperamos expectantes nuestro entero ser permanece expuesto a verse sorprendido por la alegría.
A lo largo de los Evangelios Jesús nos pide que nos mantengamos despiertos y estemos alerta. Y San Pablo dice: “Ya es hora de levantarnos del sueño, pues nuestra salud está ahora más cerca que cuando empezamos a creer La noche está avanzada y se acerca ya el día. Despojémonos, pues, de las obras de las tinieblas y vistamos las armas de la luz” (romanos 13, 11 y 12). Es esta expectativa gozosa de la venida de Dios la que ofrece vitalidad a nuestras vidas. La expectativa del cumplimiento de las promesas que Dios nos hizo a nosotros nos permite prestar plena atención al camino que estamos recorriendo.

Henri Nouwen
“”Pan para el viaje”
Obelisco, 2001

2 comentarios:

kepa redondo dijo...

La serenidad da pasos al camino de la verdad en la vida, estimado compañero del caminar en la tierra, lugar de tentaciones que nos alejan de naturalezas del mismo espiritu en verdad y vida.
Un abrazo en la amistad del ser y estar atentos a ese caminar...
Kepake

San dijo...

En este libro de Nouwen, “Pan para el viaje”, se encuentran muy ricos, variados y nutritivos aportes para el camino. Un recetario espiritual muy sabroso. Y muy oportunos, para el tiempo litúrgico en el que estamos, los fragmentos que has elegido y que giran en torno a la espera.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.