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viernes, 13 de septiembre de 2013

LITURGIA: CELEBRAR NUESTRA UNIDAD EN EL AMOR

"La liturgia no es solo el cumplimiento de un deber natural. Es la celebración de nuestra unidad en el Amor redentor y en el Misterio de Cristo. Es la expresión de la conciencia que tiene de sí mismo un pueblo redimido. Si el pueblo mismo no se da cuenta de su situación y de su nobleza como hijos de Dios en Cristo, ¿cómo pueden afirmar y ejercer de modo convincente sus plenos derechos espirituales como ciudadanos del Reino de Dios?".

"La liturgia es, en el sentido original y clásico de la palabra, una actividad política. La Leitourgía era un «trabajo público», una contribución hecha por un ciudadano libre de la polis a la celebración y manifestación de la vida visible de dicha polis. Como tal, se diferenciaba de la actividad económica o del interés privado y más material de ganarse la vida y manejar las empresas productivas de lo «doméstico». La vida política era el dominio público y responsable del ciudadano libre y se restringía a él solamente.
La vida privada era propiamente el dominio de aquellos que no se consideraba que fueran plenamente «personas», como las mujeres, los niños y los esclavos, cuya presencia en público no significaba nada, porque no tenían capacidad de participar en la vida de la ciudad. Por lo que se refiere a la vida pública, no existían. En los tiempos de la democracia ateniense, la actividad pública era al mismo tiempo política y religiosa, ya que la vida de la ciudad-Estado era básicamente religiosa.
La más antigua noción de liturgia no se apoya en una distinción entre lo «sagrado» y lo «secular». Un ejemplo de «liturgia» en la democracia ateniense sería el acto de proporcionar la danza ditirámbica y la procesión, o la representación del ciclo teatral religioso que surgió del ditirambo. Nótese que aquí también el «arte», la «cultura» y la «religión» se funden todos en la Leitourgía. Es importante para nuestros propósitos actuales volver a situar el término «liturgia» en su contexto clásico y helénico, donde es más claro y significativo. La celebración litúrgica en ese sentido antiguo y original es una acción sagrada y pública en que la comunidad, a la vez religiosa y política, reconoce su identidad en el culto".

Thomas Merton
"Tiempos de celebración"

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Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.