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miércoles, 23 de octubre de 2013

NOS VEMOS...

Temporalmente estaré 

ausente de Internet, 

agradezco a todos, amigas y 

amigos que han 

seguido las publicaciones. 

Espero estar 

pronto de regreso. Un 

abrazo.

lunes, 21 de octubre de 2013

BUSCANDO AL DIOS VIVO....

“Pienso que como la mayor parte de los convertidos, yo me enfrenté con el problema de la “religiosidad” y llegué a un acuerdo con él. Dios no era para mí una hipótesis de trabajo, para rellenar los huecos que dejaba abiertos una visión científica del mundo. Ni era un Dios entronizado en algún sitio del espacio exterior. Ni sentía yo ninguna “necesidad” particular de superficiales rutinas religiosas solo para conservarme contento. Yo diría incluso que, como a la mayoría de los hombres modernos, no me emocionaba mucho el concepto de “ir al cielo” después de chapotear por la vida presente. Al contrario,  mi conversión al catolicismo empezó al darme cuenta de la presencia de Dios en esta vida actual, en el mundo y en mí mismo, y de que mi tarea como cristiano era vivir en conciencia plena y vital de esa base de mi ser y del ser del mundo. Los actos y las formas de culto le ayudan a uno a eso, y la Iglesia, con su liturgia y sus sacramentos, nos da medios esenciales de gracia. Pero Dios puede actuar sin esos medios si quiere. Cuando entré en la Iglesia, llegué buscando a Dios, al Dios vivo, y no solo “los consuelos de la religión. Y puedo decir que incluso en el monasterio he sabido poner en su sitio la “religiosidad” que a veces es más un obstáculo que una ayuda. También, por supuesto, admito que siento una profunda simpatía hacia la cultura religiosa tradicional de Occidente, de la que creo estar imbuido.
Además, en esta misma tradición –en santo Tomás, san Juan de la Cruz, los Padres latinos y griegos- es donde encuentro la más firme garantía para ese acceso inmediato y directo a Dios en la vida diaria cristiana, que ha de considerarse no solo como una preparación moral para una existencia celestial, sino, según dice santo Tomás, como el mismo “comienzo de la vida eterna”.

Thomas Merton
“Conjeturas de un espectador culpable”

viernes, 18 de octubre de 2013

VEN, ESPÍRITU DE DIOS

"El Espíritu que da testimonio de sí mismo en el corazón del creyente es el antídoto eficaz contra el miedo, el aburrimiento, la desesperación, la resignación y todas las otras cosas que pueden desviarnos del camino de la plegaria, de la ruta real hacia el encuentro con aquello que verdaderamente hay en el fondo de nuestro corazón".

"La defensa que necesitamos y que de hecho es la que nos otorga el Espíritu Santo es, por encima de todo, protección contra nosotros mismos. En efecto, aquello que suele echar a perder nuestras vidas no viene de fuera, sino que nace, se fortalece y actúa desde nuestra interioridad más profunda, y posee nombres como estos: miedo, intemperancia, orgullo, apatía ante los estragos que aparecen en la vida de los otros".

Lluis Duch 
"Meditaciones en un tiempo de otoño".

miércoles, 16 de octubre de 2013

AMOR DESINTERESADO

"Habríamos de amar a Dios no solamente para convencernos de que somos buena gente, o para obtener un cálido fulgor de paz, o para acomodarnos a un grupo que lo aprueba, o para librarnos de la angustia, sino para echar todo eso al viento, y, con angustia o sin ella, aunque nos demos cuenta del enorme abismo de nuestra inadecuación, comprendamos que eso simplemente no importa a los ojos de Dios, pues, tal como somos, con nuestras desdichas y necesidades, somos su gozo y a Él le complace ser amado por nosotros con perfecta confianza en Él porque Él es el mismo amor".

No es que tengamos que sudar y gemir para aplacar a un austero Dios Padre en nuestra imaginación, sino más bien darnos cuenta, con liberación y alegría, de que no es esto en absoluto. Que, en realidad, Él no es ninguno de nuestros ídolos, ninguna de nuestras ficciones, nada que podamos maquinar en modo alguno, sino que Él es el amor mismo. Y si nos damos cuenta de eso y Le amamos simple y puramente para complacerle, nos hacemos, como quien dice, su corona y su deleite, y la vida misma se transforma en esta luz que es el amor desinteresado".

Thomas Merton
"Semillas de destrucción"

lunes, 14 de octubre de 2013

SANTA TERESA DE JESÚS

Thomas Merton era un gran conocedor de la espiritualidad del Carmelo, y una prueba de ello está en su libro EL SIGNO DE JONÁS, donde cita constantemente a los santos carmelitas: Teresa, Juan, Teresita, Isabel, etc. De ese libro tomamos algunos pasajes en los que habla de Teresa....

"Ayer leí un par de capítulos de "La Nube del No-saber". Cada vez que repaso un libro de esta tradición, sobre todo si es de san Juan de la Cruz, me siento como los tres sabios cuando salieron de Jerusalén y, libres de las manos de Herodes, volvieron a ver su estrella. Les embargó una gran alegría. Fueron liberados una vez más de preguntas e incertidumbres y pudieron ver su camino recto ante ellos. Pero en este caso ni siquiera se necesita ver camino alguno. Se trata de algo más sencillo. Tan pronto como uno deja de viajar, ha llegado.
Puedo recordar ciertos pasajes de otros libros que me han producido la misma impresión. ellos dan testimonio de los momentos en que descubrí, con un conocimiento que llegaba hasta las profundidades de mi ser, que había encontrado lo que Dios deseaba de mí. Rememoro, por ejemplo, el capítulo que incluye santa Teresa en su Camino de Perfección acerca de la insignificancia real de las distracciones involuntarias en la oración de quietud...
(10 de marzo de 1947)

"Como a santa Teresa, me agrada David, y toda su mansedumbre". 
(6 de junio de 1948)

"El fuego del amor a las almas amadas por Dios consume tanto como el fuego del amor de Dios, y es el mismo amor. abrasa con el hambre de que obtengan la felicidad sobrenatural, primero las gentes que uno conoce, luego aquellas de que tiene noticias, y al fin todas... Santa Teresa de Jesús, pide a nuestro Dios que inunde al mundo con ríos de fuego de salvación".
(15 de octubre de 1948, fiesta de santa Teresa)

"En términos generales pienso que la interpretación que da santa Teresa del pasaje de la hiedra en Jonás es más interesante y, sin embargo, Teresa no sabía una palabra de egipcio".
(19 de agosto de 1949)

Thomas Merton
"El signo de Jonás"

viernes, 11 de octubre de 2013

EL SOLITARIO EN MEDIO DE SU COMUNIDAD

"Hay una especial ironía acerca de la soledad en la comunidad: si alguien es llamado por Dios a la soledad, aunque viva en una comunidad, su soledad será inevitable. Aunque esté rodeado por el consuelo y la ayuda de los otros, los lazos que le unen a ella en un nivel trivial se romperán uno tras otro, de manera que ya no se verá sostenido por ellos, es decir, no estará ya sustentado por los mecanismos automáticos e instintivos de la vida colectiva. Las palabras y el entusiasmo de los que le rodean carecerán de sentido. Sin embargo, él no les despreciará ni les rechazará. tratará de descubrir si existe todavía alguna manera de comprenderles y vivir por ellos. Y descubrirá que las palabras no sirven de nada en esa situación. Lo único que puede ayudarle es la profunda y muda comunión del amor verdadero.
 En esos momentos supone un gran alivio ponerse en contacto con otros mediante alguna tarea simple, alguna función del ministerio. Entonces les encuentra no con sus palabras o las de ellos, sino con las palabras y los gestos sacramentales de Dios. La palabra de Dios asume una fuerza y una pureza inefables cuando se la considera la única forma de que un solitario puede llegar eficazmente hasta la soledad de los otros, la soledad de la que los otros son inconscientes.
 Entonces comprende que los ama más que nunca, quizá que por primera vez los ama realmente. Hecho humilde por su soledad, agradecido por la obra que le pone en contacto con los otros, sin embargo continúa solo. No hay soledad mayor que la de un instrumento de Dios que se da cuenta de que sus palabras y su ministerio, aunque sean palabras de Dios, no pueden hacer nada para cambiar su soledad y sin embargo comprende que, más allá de toda distinción entre mío y tuyo, le hacen uno con todo el que se encuentra".

Thomas Merton
"Notas para una filosofía de la soledad"
(Humanismo Cristiano)

jueves, 10 de octubre de 2013

ARTE SAGRADO

"El predominio en todas partes del mal llamado arte sagrado, constituye realmente un problema espiritual grave, comprable, por ejemplo, al problema análogo del aire contaminado en nuestros grandes centros industriales. Uno respira ese aire viciado, consciente únicamente de un ligero malestar general, dolor de cabeza, picor en los ojos; pero, a la larga, el efecto es grave".

"San Juan Damasceno dijo una vez: Si un pagano viene a pedirte que le muestres tu fe, llévale a la iglesia y muéstrale los iconos sagrados Estas palabras fueron pronunciadas, como algo normal, en la gran época del arte bizantino. Los tiempos y el arte han cambiado. Sería superfluo comentar el hecho de que estas palabras ya no son tan verdaderas como podían serlo entonces. En realidad, más de uno se  avergonzaría instintivamente si tuviera que enseñar a un amigo no católico algunas de las esculturas o vidrieras que se encuentran en nuestras iglesias".

"Profesores, sacerdotes y padres parecen muy poco conscientes del hecho de que el mal arte es nocivo, y que el arte sagrado verdaderamente cristiano ejerce una poderosa influencia formativa en el alma cristiana. Esta influencia es, de alguna manera, completamente irremplazable. Pero el mal arte ejerce una influencia igualmente poderosa de deformación".

Thomas Merton
"El arte sagrado y la vida espiritual"

miércoles, 9 de octubre de 2013

AMOR Y FANATISMO SON INCOMPATIBLES.

"El fanatismo nunca es realmente espiritual porque no es libre. No es libre porque no es inteligente. No puede discernir entre el bien y el mal, la verdad y la falsedad, porque está cegado por el prejuicio. Fe y prejuicio tienen la necesidad común de descansar en una autoridad, y por ello a veces pueden ser confundidos por quienes no comprenden su verdadera naturaleza. Pero la fe descansa en la autoridad del amor, mientras que el prejuicio descansa en la pseudoautoridad del odio. Cualquiera que haya leído el Evangelio se da cuenta de que para ser cristiano hay que abandonar todo fanatismo, porque el cristianismo es amor. Amor y fanatismo son incompatibles. El fanatismo hace buenas migas con la agresión. Es destructivo, vengativo y estéril. El fanatismo es tanto más virulento cuanto que surge de la incapacidad de amar, de la incapacidad para un recíproco entendimiento humano
El fanatismo se niega a considerar al otro como persona. Lo mira solamente como cosa. O es "miembro" o no lo es. Pertenece a la misma pandilla o está fuera.... Eso fue lo que sucedió en la crucifixión de Cristo. Cristo, el Hijo encarnado de Dios, vino como persona, buscando la comprensión, la aceptación y el amor de personas libres. Se encontró frente a un compacto grupo fanático que no quiso saber nada de su persona. Temían su unicidad perturbadora".

Thomas Merton
"Cristianismo y totalitarismo"

martes, 8 de octubre de 2013

NO SER ESCLAVOS DEL TIEMPO...

"Nuestro "ocupacionismo" es un impedimento para tener conciencia, y por lo tanto, para orar. Muchas veces nuestras energías son atraídas en muchas direcciones, porque diversas responsabilidades reclaman insistentemente nuestra atención.... Muchos somos esclavos de nuestro horario para cumplir las citas, con los ojos siempre puestos en el reloj para no faltar a la siguiente. Mientras hacemos una cosa, la mitad de nuestra atención está clavada en lo que tenemos que hacer a continuación... Frecuentemente actuamos como si fuéramos esclavos del tiempo y no como dueños de nuestro tiempo. Tenemos que aprender una cosa: "con prisas" no hay forma de ser conscientes. No podemos ver lo que tenemos ante los ojos, si siempre estamos fijándonos en otra cosa. Las amistades no se hacen a la carrera. No puedes ver una flor a no ser que la mires. El filósofo Wittgestein decía: "¡No pienses; mira!".
Necesitamos tiempo para mirar. Necesitamos tiempo para hacer amigos. Para lograr una sensación de bienestar hace falta tiempo. También para orar necesitamos tiempo. Apresurarse en la oración difícilmente es orar".

William H. Shannon
"Silencio en llamas".

sábado, 5 de octubre de 2013

LA FUERZA DE DIOS EN MÍ

"Quizá soy más fuerte de lo que pienso.
Quizás hasta tengo miedo de mi fuerza, y la dirijo contra mí mismo, haciéndome así débil. Haciéndome seguro. Haciéndome culpable.
Quizá de lo que tengo más miedo es de la fuerza de Dios en mí. Quizá preferiría ser culpable y débil en mí mismo, antes que fuerte en Aquel a quien no puedo entender".

Thomas Merton
"Conjeturas de un espectador culpable"

SAINT JOHN PERSE

"No sé si es un pecado contra la pobreza leer a Saint John Perse. Sus poemas abundan en toda clase de magnificencias, en toda clase de palabras ricas. Leer tales poemas es vivir y andar en esplendor. El corazón se le vuelve a uno un palacio tropical, que da a los siete mares y a todos los continentes, con barcos de especias llegando de todas partes, y las suaves voces de las Antillas hablando desde el corazón del sol".

Thomas Merton
"Conjeturas de un espectador culpable"

jueves, 3 de octubre de 2013

CULTIVAR UN JUICIO SERENO.

"El cristiano mal informado, sometido a la demagogia de toda clase de extremistas en prensa, radio y televisión, y que hasta cierto punto es quizá temperamentalmente propenso a asociarse a grupos fanáticos en política, puede causar un enorme daño a la sociedad, a la Iglesia y a sí mismo. Aun cuando tenga una sincera intención de servir a la causa de Cristo, podría llegar a colaborar en auténticos desatinos e injusticias de una enorme magnitud.
 Es de vital importancia, por tanto, que el católico controle su celo y modere su entusiasmo por causas concretas, hasta que pueda calcular con precisión adónde conducen en último término tales tendencias. La prudencia no es pasividad, ni la precaución es cobardía. La acción impetuosa y violenta no debe ser considerada como heroica ipso facto. Hemos de aprender a cultivar un juicio sereno en asuntos que afectan al destino mismo de la raza humana".

Thomas Merton
"Vida y santidad"

martes, 1 de octubre de 2013

THOMAS MERTON Y LOS SANTOS DEL CARMELO.


La afinidad de Thomas Merton por la espiritualidad del Carmelo, sobre todo en determinada etapa de su vida, es indiscutible. Por poner un ejemplo, en uno de sus libros más conocidos , El signo de Jonás, las citas de santos del Carmelo alcanzan un elevado número; el primer lugar lo ocupa San Juan de la Cruz, citado en el libro unas 40 veces; también aparecen Santa Teresa (10), Santa Teresa de Lisieux, Isabel de la Trinidad, además de otras citas y referencias vinculadas con la espiritualidad carmelitana.  San Juan de la Cruz ejerció una influencia particular en Thomas Merton, en sus concepciones espirituales, sobre todo en la primera etapa de su vida monástica, y  su conocimiento de la obra del santo era amplia; en sus libros aparecen también abundantes referencias a este santo, en artículos, y de modo especial en una obra de 1951, “Ascenso a la verdad[1]. Es lógico por tanto que en la comprensión de la santidad cristiana tuvieran mucho peso los conceptos austeros del  maestro de la “nada”.
Teresa de Lisieux, que  aparece siempre como The Little Flower, es decir, la pequeña flor, merece una especial consideración.  Constituyó para Merton un verdadero hallazgo espiritual;  ella fue una compañía especial en su época de búsqueda y discernimiento, y le sirvió  para alcanzar un entendimiento más profundo del ideal cristiano. Así, Merton dice asombrarse ante el surgimiento de una santa como ella, de tanta altura espiritual, en un medio poco  estimulante como era el ambiente religioso-espiritual de su tiempo, “en medio de la fealdad y de la mediocridad hinchada, aterciopelada, superdecorada y cómoda de la burguesía”; de ahí  el asombro al ver la obra que la gracia ha hecho en la santa carmelita, que aun no desertando de su realidad, de sus mediaciones, conservando lo que de burgués, nostálgico o almibarado podía haber en sus devociones, gustos o poemas, llegó a ser no sólo santa, sino “la mayor santa que ha tenido la Iglesia en los últimos trescientos años”. Reconoce Merton que esto constituyó una importante enseñanza para él, al comprender que, tanto la fealdad exterior como los males físicos del mundo, pueden servir perfectamente como mediación de un gran bien espiritual[2].




[1] Un resumen de la doctrina del santo carmelita se puede hallar en “Luz en la oscuridad. La doctrina ascética de San Juan de la Cruz”, en T. Merton, Humanismo Cristiano. Cuestiones discutidas, Barcelona, Kairós, 2001, 145-153. El P. Matías del Niño Jesús, ocd, en “San Juan de la Cruz en Merton”, Revista de Espiritualidad, 57 (1998), 691-702, recoge, con algunas inexactitudes, la influencia del santo carmelita en el monje trapense.
[2] M7C, 535-539. Como señal de confianza, TM encomendó el cuidado de su único  hermano, John Paul, a Teresita.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.