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sábado, 6 de enero de 2018

EL MERTON DE PLENITUD. 50 ANIVERSARIO.

¡Feliz año nuevo amigos y amigas!  Es un año de especial recordación para los amigos de Thomas Merton y de este blog, que busca mantener viva su palabra y tenerlo presente en nuestra vida cotidiana en este convulso mundo contemporáneo. Comenzamos el cincuentenario de su muerte citando al reconocido especialista en Merton, Fernando Beltrán Llavador, en la celebración el mes pasado del inicio de este año mertoniano.
En Año Nuevo se estrenan o se renuevan propósitos de vida más plena. Aquí va una propuesta: leer a Merton. ¡Que tengamos buen camino en 2018!



"El 8 de abril de 1950, Sábado Santo, Merton anota en su diario: 'Todo está a la espera de la  resurrección'. La doble condición de un Merton falto de hogar a la vez que habiendo hecho del mundo su tienda; su modo de estar a un tiempo henchido de esperanza y plenamente consciente de las contradicciones de su propia vida y de su sociedad; el río de palabras en el centro de, brotando desde y apuntando hacia un pozo de silencio para escuchar y responder a la Palabra de Dios; su desapego y su implicación en los problemas concretos de su tiempo; los días vividos como un extraño pero sabedor de pertenecer a una comunión de tres Personas en “sociedad perfecta”: todo ello, a la luz del anhelo de una Presencia que ninguna cosa podrá jamás satisfacer, toca hondas fibras personales y conmueve. “Todo está a la espera de la Resurrección”. Esas palabras pueden cambiar un corazón de piedra en un corazón de carne. Son un espejo cuyo reflejo, lejos de ser neutro o pasivo, es profundamente transformador, y nos invitan a atravesarlo –“Yo soy la Puerta”- descubriendo realidades espirituales que de otro modo permanecerían veladas, olvidadas, ocultas entre sombras, dormidas, ignoradas.

En mayo de 1968, durante un retiro dirigido a mujeres contemplativas en la Abadía de Nuestra Señora de Gethsemani, Merton concluyó su charla  La realidad contemplativa y el Cristo redivivo afirmando: “…realmente Cristo ha resucitado y vive ahora en nosotros”. Así, todo está a la espera de la Resurrección y al propio tiempo “se trata de que Cristo realmente está y vive aquí y ahora en nosotros”. (1).   Eso es intrínseco a nuestra condición fronteriza. Le esperamos pero ya vive con nosotros. Le buscamos aunque nos acompaña. Quizás es en esos dos retiros con las abadesas en diciembre de 1967 y en mayo de 1968 donde encontramos al Merton de plenitud, dando muestras de madurez y compartiendo su sabiduría de una manera honda y humana, bendecido por el espíritu de Sofía, y abordando temas en los que, si bien inicialmente fueron objeto de exploración en un ambiente de apertura y sinceridad reservado solo a unas pocas contemplativas, todos podemos reconocernos. Comentarios como el siguiente, que afortunadamente fueron transcritos y pueden
leerse en el capítulo titulado “Presencia, silencio, comunicación”, continúan arrojando luz sobre la aparente opacidad de nuestras vidas y nos recuerdan la belleza y dignidad inalienable de nuestra misma existencia: “Dios necesita reconocer en nosotros la bondad divina. Este deseo, el deseo de Dios de reconocerse en nosotros, es una verdad profunda. Por eso la contemplación tiene que ser accesible para todos” (MC 45).

El hecho de que la contemplación sea para todos constituye, a mi entender, una llamada, cada vez más urgente, para que lleguemos a ser personas adultas. Como un antídoto contra la alienación contemporánea en sus múltiples manifestaciones, Merton nos exhorta a cultivar la “responsabilidad en una comunidad de amor”, pues “la contemplación no es una ocupación individualista” (MC 84). Y se hace eco de las palabras de Cristo, “amaos los unos a los otros”, que para él sintetizan la relevancia y la urgencia de la contemplación hoy: “que Dios habite justamente aquí, entre nosotros. ¿Acaso no es esto la contemplación, la experiencia de la cercanía y la proximidad de Dios?” (MC 85).
Vivir a la altura de ello puede convertir a los contemplativos en profetas antes que en meros supervivientes; en creadores y artistas de la danza trinitaria, visionarios y hacedores, exploradores del arte espiritual de la posibilidad; en “nómadas del Absoluto”,  (2)  extrañados, anhelantes y a la búsqueda incesante de un nuevo cielo y una nueva tierra, a la vez que moradores y entrañados en su Cuerpo desde antes incluso de que el mundo fuera creado (Ef. 1,4). "


FERNANDO BELTRÁN LLAVADOR.
 "Thomas Merton a los 50 años de su muerte. Entrañado aunque extrañado, extrañado aunque entrañado." Celebración en el monasterio de MM.Cistercienses Calatravas. Moralzarzar, 
Madrid, 9 de diciembre de 2017.
(Publicado en cister.com)

Notas del autor: 

1 Thomas Merton, Los manantiales de la contemplación: Un retiro en la abadía de Getsemaní (Santander: Sal Terrae, 2017) 298;
las referencias siguientes serán citadas como “MC” en el texto.

2 En expresión de Javier Melloni, sj, en “Nómadas del Absoluto: La Vida Religiosa ante el diálogo interreligioso”. Frontera Hegian: Cuadernos de Formación Permanente para Religiosos (2012) 80: 7.

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Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.